España cuenta con 5,65 millones de personas con otra nacionalidad. Este número indica que los extranjeros residentes en el país suponen el 12,3% de la población, casi el doble que la media porcentual en toda la Unión Europea (6,4%), según datos publicados por Eurostat, la oficina de estadística comunitaria.

Las estadísticas difundidas este martes revelan que a fecha de 1 de enero de 2009, había 31,9 millones de ciudadanos extranjeros en los países de la UE, de los que 11,9 millones eran comunitarios trasladados a otro Estado miembro y el resto procedía de países extracomunitarios.

En España había 5,65 millones de personas con otra nacionalidad, de los que 2,27 millones (5% de la población) procedían de otro miembro de la UE, mientras que los 3,37 millones restantes (7,4%) habían llegado de un país extracomunitario.

En cifras absolutas, España es, después de Alemania (que tiene más de siete millones de extranjeros), el país de la UE que más residentes foráneos acoge, seguido del Reino Unido, Francia e Italia. Los países que registran el menor número de residentes extranjeros son Bulgaria (23.800) y Malta (18.100).

En proporción al total de habitantes del país, Luxemburgo (43,5% - 214.800 inmigrantes), y Letonia (17,9% - 404.000 inmigrantes) son los países con mayor porcentaje de extranjeros, mientras que Bulgaria (0,3%) y Polonia (0,1%), registran las cifras más bajas. En el conjunto de la UE, un 2,4% de la población (11,94 millones de ciudadanos) provenían de otro Estado miembro y un 4% (19,9 millones) de fuera de los Veintisiete.

Europeos 'viajeros'

En cuanto a los ciudadanos europeos que deciden mudarse a otro país de la UE, son los rumanos (2 millones), polacos (1,5 millones) e italianos (1,3 millones) los que más se desplazan. Turcos (2,4 millones), marroquíes (1,8 millones) y albaneses (un millón) son los residentes no comunitarios más numerosos en los Veintisiete.

Según Eurostat, la media de edad de los residentes extranjeros en la UE era significativamente más baja que la media de nacionales, (34,3 años frente a 41,2), excepto en Estonia, Letonia y Polonia. Las diferencias más notorias entre la media extranjera y la nacional se registraron en Italia (32,3 años frente a 43,9), Finlandia (33 contra 42,1) y Dinamarca (32,1 años frente a 41).