La necesidad obliga. Por primera vez una mujer acumula todo el poder en ETA. Las sucesivas detenciones de los jefes políticos y militares de la banda han aupado a la cúpula política y militar a Iratxe Sorzábal Díaz, 39 años, la terrorista más veterana que queda en ETA.

Entró en la banda a principios de los 90. Como miembro del comando Ibarla, participó en tres asesinatos entre 1994 y 1997. Antes de que la caída de sus jefes la precipitase a la cúpula, fue responsable de Alboka, aparato de ETA que controla a sus presos.

Interior acaba de hacer pública su última foto. Data de enero de 2009. Fue encontrada en un portátil escondido en un agujero. Sorzábal lo había enterrado después de que sufriera un accidente de coche cuando viajaba con el etarra Iurgi Mendinueta, ya detenido. Esa información ha permitido sospechar a la Policía que Iratxe es madre.

Otros etarras en lo alto

Junto a ella, los servicios antiterroristas consultados por 20 minutos sitúan en los aparatos políticos, militar y logístico a Mikel Oroz, Alejandro Zobaran, Ignacio Lerín, David Pla (número dos del aparato político) e Izaskun Lesaca. Se cree que está última, otra mujer, estaría al mando de los comandos. La Policía sabe que estuvo en mayo en Hendaya en una reunión con el etarra Juan Carlos Iriarte, ya arrestado.

También se da un papel preponderante en el aparato político al hijo de Josu Ternera, Egoitz Urrutikoetxea, y al sexagenario Juan Cruz Maiztegi.