"No pido nada a las instituciones sino solidaridad a la gente". Está es la petición que hace Francisco Aranda, padre de los cuatrillizos de Canet de Mar, que este lunes se ha subido a una grúa para pedir ayuda para un tratamiento médico de trasplante de células madre, que cuesta 8.000 euros en Alemania, para su mujer, que padece esclerosis múltiple.

Aranda se ha subido a un edificio en construcción en la localidad de Sant Adrià del Besos (Barcelona), de unos 20 metros de altura, situada en la carretera de la Catalana, junto al puente de la Torrassa, según ha confirmado la policía local, que junto a efectivos de los Bomberos de la Generalitat se ha desplazado hasta el lugar.

En declaraciones a 20minutos.es, Francisco afirma que no es una reivindicación hacia las instituciones sino un llamamiento a la ciudadanía. "El Ayuntamiento de Canet de Mar me ayuda a través de una asistente social" pero la única esperanza para su mujer es reunir "los 8.000 euros que cuesta un trasplante de células madre".

En un comunicado en su página web, afirma que "la decisión, aunque bochornosa, es la última que he podido tomar para difundir mi comunicado".

Enferma de esclerosis

A la mujer de Francisco Aranda le detectaron esclerosis múltiple en 2001, al poco tiempo de dar a luz a sus cuatrillizos. Tras una lucha con las administraciones, Francisco se subió a una grúa para denunciar la dejadez de las autoridades: vivía con una pensión de 214 euros mensuales y con una hora de ayuda de la asistenta social.

Actualmente la mujer se encuentra ingresada en el hospital, con incontinencia esfinteriana doble y con una evolución de la enfermedad en su última fase. La última esperanza que le queda a Francisco es "conseguir que con ese tratamiento con células madre adultas su mujer pueda revertir el deslizamiento sintomático de la enfermedad, mejorar su calidad de vida y estabilizarse, a la espera de que las investigaciones sigan su curso".

Acciones anteriores

El padre de los cuatrillizos ya protagonizó en 2003 diferentes acciones, como pasar nueve horas colgado de una grúa, para reclamar ayudas para las familias con partos múltiples.

Más tarde, en 2006, se encadenó a una grúa haciendo un llamamiento al departamento de Bienestar y Familia para mejorar la situación de su mujer.