Empuriabrava, la Venecia de Girona

Empuriabrava es una de las poblaciones más sorprendentes y menos conocidas del país. Pertenece al municipio de Castelló d'Empúries (Girona) y es conocida como la marina más grande del mundo.

La urbanización, construida en 1968 en una zona pantanosa bañada por el Mediterráneo, tiene más canales de agua que Venecia, todos ellos llenos de amarres privados a los que se puede acceder directamente desde las puertas de las casas. Un viaje por Empuriabrava incluye perlas como la visita a la Catedral de Castelló d'Empúries, uno de los monumentos religiosos más importantes de la provincia y que data del siglo XIII con construcciones de estilo gótico y barroco.

Así mismo, pueden visitarse los restos de las murallas que rodeaban la ciudad, entre los que se encuentra el Portal de la Gallarda, y un antiguo puente medieval del siglo XIV. El destino, marcadamente turístico, es ideal para quienes disfruten de deportes acuáticos como windsurf, buceo, snorkel o kayak. Además, el municipio es un referente para los paracaidistas. En el aeródromo situado a la entrada de la ciudad se encuentra el centro de paracaidismo certificado más grande de Europa, al cual acuden tanto profesionales como amateurs que se animan a saltar desde 4.000 metros de altura junto a un instructor.

Por otro lado, en los alrededores se pueden realizar diferentes rutas por espacios naturales como la Sierra de la Albera, las Islas Medes o Aiguamolls d’Empordá, sistema lagunar formado por varios estanques de agua dulce, dunas y humedales en los que se refugian miles de aves. Otro destino interesante son las ruinas de Empúries. Se trata del único lugar en el que se concentran a la vez una ciudad y factoría griegas, un asentamiento del pueblo íbero de los indigetes y una ciudad romana. El recinto global de 40 hectáreas es el yacimiento arqueológico más visitado de Catalunya.

El espigón del puerto es una de las obras de ingeniería más monumentales de la antigüedad en la Península Ibérica. Por su condición de punto de entrada de los griegos a ésta, Empúries fue el lugar designado para recibir la llama olímpica de los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992.