Un trabajador se recupera de una caída de 37 metros a la que sobrevivó 'de milagro'

  • Yorvin Villamil, venezolano, se precipitó al vacío en febrero mientras trabajaba en un edificio en Las Palmas de Gran Canaria.
  • Sufrió fracturas en el tobillo izquierdo, la rodilla derecha, el brazo izquierdo y 8 costillas; una le perforó el pulmón izquierdo.
  • Además, le cayó encima el andamio de unos 850 kilos de peso, fracturándole la pierna derecha; su compañero falleció.
Yorvin Villamil sobrevivió a una caída desde un noveno piso.
Yorvin Villamil sobrevivió a una caída desde un noveno piso.
EFE
Yorvin Villamil sobrevivió a una caída desde un noveno piso.

Un encofrador venezolano de 29 años sobrevivió el pasado mes de febrero a una caída de un andamio desde una altura de 37 metros en Las Palmas de Gran Canaria, de la que ahora se recupera.

Yorvin Villamil se precipitó desde un noveno piso mientras trabajaba echando hormigón en los pilotes del nuevo edificio de la Facultad de Medicina; en el accidente perdió la vida su compañero, "que no tuvo tanta suerte".

Ese día había alerta naranja por vientos, aunque sobre las once de la mañana amainó y comenzaron el trabajo, momento en el que la pluma de la grúa golpeó el andamio y lo movió lo justo para que se ladeara provocando la caída de Yorvin y su compañero Javier.

Una caída de casi 3 segundos

Yorvin, natural de Caracas y residente en Las Palmas desde 2005, intentó asirse a algún sitio pero no pudo, perdió el casco y se precipitó al vacío en una caída de casi 3 segundos. Cuando fue consciente de que caía cerró los ojos con la seguridad de que "aquí ya me maté".

Había caído de pie a una velocidad de unos 96 kilómetros por hora, sufriendo fracturas en el tobillo izquierdo, la rodilla derecha, el brazo izquierdo y 8 costillas, una de las cuales le perforó el pulmón izquierdo.

Sus compañeros le contaron después que su cuerpo rebotó dos veces contra el suelo y que, por si acaso la caída no era suficiente para haberse matado, le cayó encima el andamio de unos 850 kilos de peso, fracturándole la pierna derecha a la altura de la rodilla.

Su compañero se encontraba a unos metros de él con la cabeza ladeada e inmóvil. Había muerto como consecuencia de un paro cardiaco y una fractura en el cráneo, datos que Yorvin sólo conoció dos semanas después.

Ningún daño en la cabeza

Lo excepcional de su caso, a tenor de los comentarios de sus médicos, es que no sufrió ningún daño en la cabeza, la columna vertebral o las caderas, por lo que en el hospital y entre sus conocidos se ha ganado el sobrenombre de "muchacho milagro".

Asegura que es cierto que "ves la película de tu vida pasar ante tus ojos" en los 2,6 segundos escasos que tardó en llegar al suelo, tiempo en el que se le hicieron presentes su hijo, su madre y su novia.  Se siente "muy alegre, mucho" de seguir con vida y es consiente de que su caso es especial y extraordinario, casi milagroso, sobre todo porque no es la primera experiencia que tiene con las alturas.

Entre risas cuenta ahora que con 6 años se precipitó desde un segundo piso en Caracas, fracturándose el brazo y la clavícula izquierdos. La familia Villamil tiene un "ángel de la guarda" a dedicación exclusiva ya que uno de los hermanos de Yorvin sufrió un atraco y recibió un disparo entre los ojos que no traspasó el cráneo, sino que dio la vuelta al ojo y se incrustó en el tabique nasal, lo que le permitió salir con vida.

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