Detenido por arrojar excrementos a la placa en memoria de Kaczynski

  • El hombre quería protestar contra la placa que recuerda el accidente aéreo ocurrido en Smolensk, en el que murió el presidente Polaco.
  • La placa de mármol ha generado mucha controversia en Varsovia.
Dos personas pasan junto a la placa conmemorativa del accidente aéreo, llena de excrementos.
Dos personas pasan junto a la placa conmemorativa del accidente aéreo, llena de excrementos.
Radek Pietruszka / EFE
Dos personas pasan junto a la placa conmemorativa del accidente aéreo, llena de excrementos.

La policía detuvo este martes a un hombre de 71 años después de que arrojase un balde con excrementos a la placa en memoria de las víctimas del accidente aéreo de Smolensk (Rusia), en que perdieron la vida 96 personas, entre ellas el entonces presidente polaco, Lech Kaczynski.

El anciano arrojó el contenido del balde frente a los agentes que custodian los alrededores del palacio presidencial de Varsovia, la capital de Polonia, donde recientemente se colocó esta placa. Se desconoce la razón de la acción, aunque según adelantaron fuentes policiales, todo apunta a que el hombre quería mostrar de su rechazo al monumento en memoria de los fallecidos.

La presidencia de Polonia colocó la placa ante el palacio presidencial como gesto conciliador para los defensores de la controvertida cruz en recuerdo del fallecido Kaczynski, que piden que no se retire este crucifijo de madera, colocado el pasado 15 de abril frente al palacio por un grupo de "boy scouts".

El gesto no fue bien recibido por los defensores de la placa, que demandan un monumento de más importancia y argumentan que hasta los perros enterrados en el cementerio de animales tienen recuerdos más relevantes.

También desde el partido conservador Ley y Justicia, al que perteneció Lech Kaczynski, se tacha la losa de granito de "insuficiente", por considerarse "no esta a la altura" de un monumento nacional en recuerdo de los fallecidos. "En este lugar los polacos se reunieron alrededor de una cruz erigida por scouts, para unirse en el dolor compartido y en su preocupación por el futuro del Estado", puede leerse en la tabla.

Desde su colocación la cruz se ha convertido en lugar de peregrinación para cientos de miles de ciudadanos, y todavía son muchos los polacos que depositan flores y velas por los fallecidos. La cancillería presidencial intentó su retirada, pero cientos de ciudadanos se enfrentaron a la policía e impidieron su reubicación en una iglesia cercana.

Días después, miles de polacos -en su mayoría jóvenes- se manifestaron frente al palacio para exigir su retirada, aunque entonces fueron los agentes quienes evitaron que la turba forzase el traslado del símbolo religioso. La Iglesia Católica polaca ha reiterado en varias ocasiones su petición a que la cruz se ubique en un templo y se ponga fin así a un debate que consideran político y no religioso.

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