El marroquí Sindicato Nacional Mediterráneo de Transporte (SNMT) anunció este martes que impedirá durante tres días a partir de mañana la entrada a Melilla de todos los productos de alimentación y de construcción procedentes de Marruecos, según informó su presidente, Hasán Marizi, como ya ocurrió el pasado jueves.

"Los miembros del sindicato han decidido dejar de suministrar a Melilla productos de alimentación y de construcción durante tres días desde mañana a primera hora" aseguró Marizi. El sindicalista agregó que su organización ha decidido también impedir la entrada a Marruecos de los contenedores procedentes de la ciudad autónoma que son transportados por camioneros españoles.

La raíz de estos bloqueos está en las denuncias presentadas por diversas entidades marroquíes, incluido el gobierno alauí, que presentó una queja por un supuesto "giro racista" en la frontera, donde supuestamente se maltrata a los nacionales marroquíes que intentan cruzar la frontera hacia España.

Los transportistas marroquíes pretenden extender su bloqueo, ya que según Marizi su sindicato "está en coordinación con otros sindicatos marroquíes de transporte para trasladar el boicot a las fronteras con Ceuta".

El SNMT había anunciado la semana pasada que no participaría en los bloqueos, sin embargo, ahora anuncia que han "decidido participar en el boicot porque el comportamiento de la Policía española no ha cambiado", explicó Marizi, que denunció que anteayer se produjo una nueva supuesta agresión a un ciudadano marroquí en la frontera con Melilla.

El bloqueo comercial se ha visto apoyado por el anuncio de un grupo de jóvenes en la red social Facebook que cuenta con 4.601 seguidores, y que ha convocado a un "iftar" (comida de ruptura del ayuno durante el mes de ramadán) en la entrada de Ceuta el próximo sábado para denunciar el "595 aniversario de la ocupación de esa ciudad".

Movimientos diplomáticos

La tensión no ha conseguido relajarse pese a la conversación telefónica que mantuvo el Rey Juan Carlos con Mohamed VI, para resolver "malentendidos" y no enturbiar las "excelentes" relaciones entre España y Marruecos. Tampoco sirvió la palabra del presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, que aseguró a Rabat que la actuación de la policía española es "correcta".

Sin embargo, han contribuido a aumentar la tensión en la frontera los carteles que activistas marroquíes han colgado en la zona fronteriza, en los que se ven fotomontajes con policías españolas entre la basura y sobre los que se ha pronunciado la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, asegurando en un comunicado que condena "rotundamente" los ataques a las policías en Melilla.

Por otro lado, el secretario de Organización del PP, Esteban González Pons, ha asegurado este martes, tras recorrer la frontera entre Melilla y Marruecos, que la situación es de "máxima tensión" y ha advertido de que así es muy fácil llegar a un "conflicto".

En una rueda de prensa junto al presidente de Melilla y del PP regional, Juan José Imbroda, González Pons ha dicho que en una situación de tensión en la frontera "es muy fácil que se produzca un incidente", y cuando se producen incidentes, ha señalado, es muy fácil que haya un conflicto".

Por esta razón, González Pons ha exigido al ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que antes de viajar el día 23 a Rabat vaya antes a Melilla para "hablar antes" con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, especialmente con las mujeres-policía, que "lo están pasando muy mal" por los ataques de los activistas.

Pons ha pedido también al Gobierno que realice las "gestiones diplomáticas precisas" para recuperar la tierra de nadie en la frontera de Melilla, un espacio "neutral" que existe en todas las fronteras y que en la ciudad autónoma "ha ido desapareciendo poco a poco" y es el "origen" de los incidentes.