Tras la declaración de pandemia por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de la Gripe A, España compró en julio de 2009 13 millones de vacunas, cantidad suficiente para proteger entre el 30-40% de la población española.

A día de hoy, seis millones de dosis, con un valor de 42 millones de euros, esperan en almacenes a ser destruidas, según afirmó José Martínez Olmos, secretario general de Sanidad, en una entrevista en RNE, tras el anuncio del fin de la pandemia.

La desconfianza de la población ante una vacuna que se desarrolló en un tiempo récord y sobre la que planeó cierta sombra de duda, hizo que pocos españoles que se encontraban entre la "población de riesgo" acudieran a su centro de salud a darse el pinchazo.

De las 13 millones de vacunas, cuatro millones se guardaron como reserva estratégica, que posteriormente se donaron a la Organización Panamericana de la Salud (OPS),  y los nueves millones restantes se distribuyeron a las comunidades autónomas. Tan solo se vacunaron 3 millones de personas pertenecientes a los grupos de riesgo.

Campaña de la gripe

Una de las vías que se abre camino es la doble vacunación. La población se vacunaría de la gripe A y, además, de la gripe propia de la época invernal. Esta solución no gusta a los profesionales médicos.

Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) propone una nueva vacuna que combinaría el virus de la gripe A con los virus de la gripe estacional, con lo cual se solucionaría el problema de la protección de la población, pero no el de los excedentes de antivirales.