El sábado 7 de agosto de 2010 se celebra una nueva edición del Descenso Internacional del Sella, evento que se repite desde que en 1929 Dionisio de la Huerta y un amigo hicieran ese recorrido de 20 kilómetros entre las localidades asturianas de Arriondas y Ribadesella. Con el paso del tiempo, la prueba se fue consolidando y adquiriendo carácter competitivo.
El Descenso del Sella tiene grandes similitudes con los Sanfermines navarros. Al igual que los encierros de Pamplona son excusa para celebrar una multitudinaria fiesta de miles de personas que ni siquiera verán un toro durante su estancia. Lo mismo ocurre en Asturias. La diferencia es que aquí son piraguas en lugar de astados.
Por ello, tras observar el final de la carrera, todo el mundo se desplaza hasta los Campos de Ova, donde se celebra una comida campestre mientras los campeones de todas las categorías reciben sus trofeos. En la noche, los asistentes pueden disfrutar de otra prueba, en la que no se desborda el agua, sino la sidra y la música en la calle y la playa, llenando de vitalidad tanto Ribadesella como Arriondas. Son cerca de 100.000 personas las que se reúnen en esta celebración y convierten el lugar en la patria de las tiendas de campaña. Y, como colofón, nada mejor que recuperarse el domingo metiéndose entre pecho y espalda una buena caldereta a la riosellana.
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