"Un millón de euros al mes. Doce millones al año. Exquisitos. Apetitosos. Cinco euros la palabra. 175 euros el módulo. También abierto domingos y festivos. Preguntar tarifas". El anuncio es una recreación ficticia. Pero podría ser el reclamo de periódicos a proxenetas para que impriman sus servicios de explotación sexual en las páginas de cierta prensa que, paradójicamente, se llama a sí misma seria.

Y es que la ética también tiene un precio. Se vende por cuarenta millones. Son los ingresos anuales que recaudaban en 2007 los diarios españoles que incluyen este tipo de clasificados de índole sexual, según una comisión parlamentaria.

La cifra podría haberse duplicado ahora. Un estudio de la Asociación Nacional de Locales de Alterne revela que estos anuncios se han multiplicado por cuatro en los últimos dos años porque la presión policial sobre los prostíbulos ha trasladado los servicios a pisos ocultos que necesitan publicidad sin levantar sospechas.

Las críticas al negocio son unánimes. Arrancaron en 2007 con la petición del Congreso a los diarios para que se autorregularan y los eliminaran. Resultado: Indiferencia. Sólo 20 minutos decidió desmarcarse del negocio y los suprimió.

"Ha sido una difícil decisión empresarial y una decisión ética y profesional muy sencilla", escribía entonces el director del periódico, Arsenio Escolar, en su blog en 20minutos.es. Público tampoco admite este este tipo de publicidad desde su nacimiento, Avui los ha suprimido, y La Razón lo ha hecho recientemente, en este caso para cumplir la exigencia de un diario vaticano con el que tiene un acuerdo de colaboración.

Prohibición expresa

El tema ha hibernado durante tres años, pero la intervención del Gobierno, sobre todo de la ministra Bibiana Aído y de la vicepresidenta Fernández de la Vega, ha reabierto la polémica y hecho temblar las cuentas de Excel en los departamentos de publicidad de algunos diarios.

El Gobierno ha pedido información al Consejo de Estado sobre opciones legales para erradicar este tipo publicidad. Y Zapatero se mostró rotundo la semana pasada en el Congreso: "Mientras existan anuncios de contactos se contribuirá a normalizar la prostitución".

Los periódicos que acogen anuncios de prostitución fomentan el negocio de trata de mujeres con fines de explotación sexual. Estas mafias tienen esclavizadas a más de 300.000 personas en España. Sin embargo, la codicia especulativa estimula pretextos absurdos para justificar la complicidad con el proxenetismo.

En este sentido, el director de El Mundo, Pedro J. Ramírez, tildó de "hipócrita" sentenciar que detrás de esos anuncios hay mafias, a pesar de que sólo el 10% de las prostitutas ejercen el oficio de forma voluntaria y pese a detenciones como las de la semana pasada.

Por su parte, la Asociación de Editores de Diarios Españoles (AEDE) aplaza el fin de los anuncios a la prohibición de la prostitución. Pero otra asociación de editores de prensa, la AEEPP, a la que pertenecen los diarios gratuitos, ha recomendado a sus asociados que los supriman, y éstos lo han hecho.

La prostitución no es ilegal en España, pero la trata de mujeres sí. Y la actitud de algunos diarios responde bastante al término "proxeneta": "Persona que obtiene beneficios de la prostitución de otra persona", según la Real Academia. Conclusión: algunos periódicos flirtean con el proxenetismo.

La red que además se anunciaba en la web

La Policía desarticuló una red china de prostitución que se anunciaba en espacios publicitarios de prensa e Internet. Las mujeres asiáticas sólo obtenían comida por los servicios prestados y vivían hacinadas en pisos con pésimas condiciones higiénicas, sin documentación y vigiladas las 24 horas.

Este grupo de proxenetas contaba con siete pisos –seis en Madrid capital y uno en Leganés– que servían de prostíbulos y viviendas de las chicas. Once personas han sido detenidas en la operación policial.

La prostitución en cifras