Con su beso tras la conclusión de la final del Mundial, Iker Casillas y Sara Carbonero escenificaron el happy end cinematográfico a la victoria deportiva de la Selección.
Horas después, y ya con una dosis menor de espontaneidad, portero y reportera viajaron en asientos contiguos en el avión que trajo de vuelta al equipo campeón.
Iker y Sara han sido, durante el feliz vuelo, el centro de todas las miradas... y de más de una broma de los jugadores españoles. Sergio Ramos, Reina y Villa llegaron hasta dedicarle una canción a la periodista.
Atrás quedan los días amargos tras la primera derrota, y al cabo única derrota de España en el Mundial, cuando periódicos extranjeros publicaron críticas llenas de sal gorda sobre la pareja y compañeros de profesión de la periodista acusaron a Carbonero -y a la cadena de televisión para la que trabaja- de falta de profesionalidad.
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