El Ayuntamiento de Tarragona ha reforzado la seguridad en la estación central de autobuses con más de 30 cámaras de videovigilancia y ha incrementado la iluminación nocturna en los andenes.

Asimismo, ha mejorado el control de accesos al recinto cerrado, que permanece así desde las 23.30 horas hasta las 7 de la mañana para evitar a los 'sin techo'. El incremento de la seguridad se enmarca en la primera fase de la modernización de esta infraestructura, iniciada hace dos años con un presupuesto que se acerca al medio millón de euros.

Actualmente, el consistorio tarraconense está a la espera de la autorización de la Agencia de Protección de Datos para señalizar e iniciar las grabaciones. Se calcula que por esta estación pasan más de ocho millones de viajeros al año y, en palabras del alcalde, "es uno de los ejes de la capitalidad de Tarragona, que no podía permanecer en unas condiciones deplorables tanto desde el punto de vista estético como de funcionalidad".

La remodelación también ha incluido la renovación integral de los lavabos y la reforma de las oficinas de la Empresa Municipal de Transporte (EMT). Además, ha permitido la instalación de un punto de atención al viajero donde se gestiona toda la integración de billetes del transporte público en el Camp de Tarragona.

La actuación persigue lograr un "rostro amable" de una estación a la que llegan todos los autobuses, desde los recorridos provinciales hasta los internacionales. En este objetivo se integra también un programa artístico experimental gestionado por especialistas en la reutilización cultural de espacios públicos.

El Ayuntamiento estudia fórmulas para generar ingresos a través de la publicidad con los que sufragar una segunda fase de mejoras, según ha explicado el presidente de la EMT, Carles Castillo.