El agresor del congoleño que quedó tetrapléjico niega que le diera un puñetazo

  • Miwa Buene Monake quedó tetrapléjico en 2007 tras recibir un fuerte puñetazo en la nuca por parte de un hombre que además le insultó.
  • El presunto agresor niega ser el autor de los hechos y niega ser "racista".
  • La fiscalía pide 12 años de prisión para el acusado.
  • La víctima: "El único perdón será la cárcel"

El presunto agresor de Miwa Buene Monake, el congoleño que quedó tetrapléjico tras recibir un fuerte puñetazo en la nuca en febrero de 2007 en Alcalá de Henares, ha negado este martes en su declaración haber sido el autor del puñetazo que le dejó tetrapléjico y ha asegurado que no es "racista ni xenófobo".

Roberto Alonso de la Varga, de 22 años, afronta una pena de 12 años de cárcel por un delito de lesiones, con la agravante de motivación racista. En un primer momento, la defensa, el fiscal y la acusación popular -Movimiento contra la Intolerancia- barajaron alcanzar un acuerdo de conformidad para que el procesado aceptase una pena de nueve años y seis meses de prisión al reconocer los hechos, pero finalmente desecharon el pacto.

En su declaración, en la que se mostró tranquilo, el procesado insistió en que no es como le pintan: "ni agresivo ni de esa clase de personas". "Si lo hubiera hecho, me hubiera quedado a ayudarle porque no huyo. Si hago algo, lo tengo que pagar", aseveró el procesado.

Asimismo, manifestó que tiene "amigos de color" y que no discrimina "a nadie por la raza ni el color". Además, negó haber dicho a Miwa que se fuera a un zoológico, puesto que no se permite decir a él mismo ese tipo de expresiones racistas.

"No discutí con una persona de raza negra ni pegué a nadie", manifestó al ser preguntado si propinó un fuerte golpe en la nuca de Miwa. "En la construcción, he trabajado con negros, peruanos, inmigrantes... No soy racista", aseveró.

Según su relató, esa noche estuvo en un bar tomando una copa con el dueño, de color, y vio cómo un grupo de personas discutían, siendo él ajeno a la disputa. Tras ello, salió con una chica de color, acompañándola a una glorieta. Después, se dirigió a su coche porque había quedado con un amigo para ir a un partido de fútbol.

El semblante tranquilo de Roberto Alonso se transformó en puro nervio cuando Miwa entró en la sala, ayudado por su mujer. A menos de un metro de él, la víctima narró al tribunal lo sucedido momentos antes de quedar tetrapléjico y postrado en una silla de ruedas.

"Salí del bar y un individuo me pidió tabaco y fuego. Como no tenía, empezó a insultarme y me dijo 'hijo de puta, puto negro, puto mono'", recordó. Añadió que entonces decidió seguir su camino porque tenía miedo, pero seguía escuchando a sus espaldas insultos y expresiones como ¡arriba España!.

"Sentí un fuerte golpe y me caí. A partir de ahí, no recuerdo nada", indicó Miwa, quien reconoció a la Sala que ha habido momentos en los que no tenía ganas de vivir al encontrarse "muy mal".Por su parte, la mujer de la víctima señaló al tribunal que su marido depende de dos ó tres personas para realizar cualquier actividad normal de la vida diaria. "Un día me llamaron del hospital y me dijeron que no quería comer ni tomar medicamento. Decían que quería una inyección para dejar de vivir", contó.

El fiscal solicita para el acusado una pena de 12 años de prisión, al igual que la acusación popular, que representa al Movimiento contra la Intolerancia.

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