François Snelders: «La fotografía transforma las dudas en nuevas dudas. Es una manera de compartir nuestro silencio interior»

Sólo ha intentado una vez aprender fotografía en el aula. Le bastó para saber que el secreto no está en las academias.
Autorretrato
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François Snelders
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«Los profesores no dejaban de darme reglas y normas muy importantes y creo que, en la fotografía o en la vida, es mejor dejarlo cuando las normas empiezan a ser proclamadas». Ha preferido aprender por el mejor sistema («prueba, error y nunca estar satisfecho») y mantener encendida la linterna de la curiosidad que lleva encima desde los seis años: «Es mi primer recuerdo fotográfico. Estábamos sentados en el césped y yo le hacía fotos a mis padres con una box camera».

Sigue siempre armado, cámara en mano y, aunque confiesa con cierto rubor que tiene unos 70 modelos distintos, se inclina por los más simples. La colección de fotos que publicamos, todas de Gante, fue tomada con cámaras Lomo, Diana y Felicia y con técnicas donde el azar impone su ley (múltiples exposiciones, película caducada, pinhole...).

Nació en 1957 en una aldea de los alrededores de Amberes (Bélgica). A los 18 años se mudó a Gante para estudiar políticas y comunicaciones. Durante esta época tocó en el grupo Hubble Bubble, una de las primeras bandas punk del país. François Snelders fue coordinador del Kunstencentrum Vooruit, uno de los centros culturales más importantes de Gante.

Desde los años noventa se dedica a la docencia. Ahora es el jefe del departamento de periodismo en el Arteveldehogeschool.

Hace fotos buscando inspiración en la música: en su iPod pueden sonar Portishead, Louis Sclavis, Miles Davis y, sobre todo, Robert Wyatt, un creador al que admira más que a ningún otro («es un extraordinario cantante y compositor y alguien con una visión de la sociedad pura y sin compromisos»).

Entre los fotógrafos se queda con Alvin Langdon Coburn, «el primero en desenfocar intencionadamente a los sujetos para centrarse en la luz y en la composición de las sombras».

¿Por qué te gustan tanto las cámaras de plástico, casi de juguete?

Es lo impredecible del resultado lo que me atrae de ellas. También me gustan porque no tienen limitaciones técnicas... Sus imperfecciones las hacen más adecuadas para este mundo imperfecto.

¿Cómo te defenderías de quien te acuse de cultivar la imperfección?

El fotógrafo transforma sus imperfecciones en imágenes que las reflejan. Son alegorías de los límites de eso que llamamos realidad. Las imperfecciones humanizan la realidad. Para algunos las fotos son una versión idealizada del mundo. Es la belleza aislada. Me gusta, al contrario, pensar que la fotografía transforma las dudas en nuevas dudas, siempre cambiantes. Es una manera de compartir nuestro silencio interior.

Entiendo que estás obligado a ser intuitivo cuando disparas.

Conocí a un fotógrafo alemán que tardaba dos días en hacer una foto. A mí me recordaba a las maquetas de ciudades de Albert Speer, todo bajo control, una versión Kraftwerk  del mundo exterior... Suelo hacer fotos sin mirar por el visor, mientras camino, quizá esperando que la cámara vea más que yo, más imperfecciones, pero imperfecciones interesantes.

Las fotos que hemos seleccionado son todas de Gante, la ciudad en la que vives y trabajas. Háblanos de tu relación con ella.

Es una pequeña ciudad con historia. Tiene la mayor cantidad de estudiantes de Flandes y, como consecuencia, una vida cultural muy activa. Los jóvenes le han dado el impulso necesario para que no sea una simple reliquia. Como toda comunidad burguesa, Gante tiene problemas de integración con las nuevas etnias inmigrantes. Para mí es un lugar lleno de posibilidades. Por ejemplo, puedo estar en dos horas de tren en París, Londres o Ámsterdam.

¿Qué relación fotográfica tienes con Gante?

Toda ciudad es como un libro viejo del que hay que saber extraer la magia. Me gusta hacer fotos de noche, cuando la realidad se transforma con luz artificial. No soy nada formal cuando hago fotos. Me gusta que el azar esté presente: superpongo negativos, hago dobles o múltiples exposiciones, busco películas caducadas que ya no se fabrican... No pretendo nada. Mi trabajo es puro ejercicio. Casi siempre es sólo eso.

¿Te atreverías a definir la fotografía?

La web de Princeton dice que es «representar a la gente o la naturaleza con exactitud y fidelidad». Creo que eso es lo que no es la fotografía. Hacemos fotos para retener emociones y sentimientos.

www.flickr.com/photos/frzw

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