En declaraciones a Europa Press, la delegada mostró su pesar por lo ocurrido, ya que se ha puesto a la comunidad educativa en una "situación difícil". De este modo, informó de que desde la Delegación de Educación se está dando "todo el apoyo y prestando asesoramiento jurídico al profesorado y al equipo directivo", aunque precisó que no le consta que oficialmente se haya interpuesto una denuncia oficial por parte de los docentes.

La delegada lamentó que no se hubiera seguido el protocolo de actuación en este tipo de casos, ya que debía haber existido una información previa, tanto al centro como a la Delegación, de que iba a haber una actuación de este tipo.

De haber sido así, la dirección del colegio hubiera estado preparada y desde la Delegación se hubiera prestado todo el asesoramiento y la presencia de personal del servicio de Inspección. Sin embargo, comentó Reyes que el padre de la niña se presentó en el centro por sorpresa y con la Policía sin dar aviso de que iba a ir, por lo que no se pudo poner en marcha el protocolo.

Según señala 'El Día de Córdoba' en su edición de hoy, el padre de la menor, que cursa segundo de Primaria, llegó con una orden judicial en la que un magistrado confirmaba su custodia. Tras la salida de la niña del colegio, alguien avisó a la madre de lo que había ocurrido, lo que provocó que un hermano de ésta acudiera al centro y comenzara a escupir e insultar al profesorado.

Posteriormente, la madre, su hermano y algún otro familiar acudieron al Obispo Osio y "a puñetazos rompieron el cristal de la puerta de entrada del colegio y comenzaron a amenazar de muerte a la directora con los cristales y también al conserje". En esos instantes se escucharon amenazas como "te mato" o "te voy a clavar el cristal".