La seguridad de los motociclistas es una de las grandes preocupaciones de la seguridad vial en nuestro país. Lo demuestra la campaña de especial vigilancia para estos vehículos que inició recientemente la Dirección General de Tráfico -y que durará hasta el 13 de junio- y la propuesta no de ley aprobada por el Congreso -por unanimidad- en la que se pedía al Gobierno abrir un periodo de autorización provisional a los moteros para que puedan llevar la segunda luz de freno en el casco.

La propuesta fue lanzada por el diputado del Partido Popular (PP) por Ceuta, Francisco González -conocido motero del arco parlamentario y que ha propuesto otras medidas sobre estos vehículos-.  González aseguró a 20minutos.es que el casco "además de minimizar el daño en un accidente, debe empezar a tener un uso preventivo". En 2009, de las 1.897 víctimas mortales de accidentes de tráfico, 283 iban en motocicleta y 76 en ciclomotor (casi el 14% del total).

Este dispositivo -que ya está disponible y diversas marcas de casco ya trabajan en modelos que lo tengan integrado-  se fija en el casco y está conectado por una conexión inalámbrica al freno.

Esta segunda luz daría más visibilidad a los motoristas, en un momento tan delicado como el de la frenada, según esta propuesta. La proposición recoge el importante número de colisiones con motocicletas en las zonas urbanas y González destaca a ese colectivo "de mensajeros y repartidores que tienen mayor riesgo por circular constantemente y por ciudad".

"La luz de freno de una moto puede quedar por debajo de la línea de visibilidad de un conductor de automóvil", explica González, "y esta segunda luz puede dar visibilidad no sólo al conductor que está detrás, sino también al siguiente, sobre todo en atascos o con condiciones meteorológicas adversas".

Moteros y asociaciones tienen una opinión dividida sobre esta medida. Juan Carlos Toribio, responsable de seguridad vial de la asociación Mutua Motera, está convencido que no es el camino apropiado. "No desconfiamos de los objetivos que persigue el Congreso, pero creemos que el camino no es el adecuado", explica. Aseguran que, al contrario que los datos que manejan los diputados, la mayoría de las colisiones en moto no son alcances, sino frontales o frontolaterales, y están seguros de que colocar una luz de freno en un objeto móvil como la cabeza puede "provocar desorientación y confusión en el resto de usuarios y causar otros accidentes".

Toribio apuesta, para evitar estos accidentes, por otras medidas: "Mejorar la formación en las autoescuelas a los futuros conductores en la visión lateral" y seguir protegiendo los guardarrailes -que duplican la mortalidad de los accidentes de moto- , una medida que inició el Gobierno, pero que se paralizó por la crisis.

Además Toribio cree que habría que potenciar los chalecos reflectantes o mejorar de la seguridad activa del vehículo.

Desde Stop accidentes, Ana Galán cree que los beneficios de este dispositivo "no están suficientemente demostrados" e incide en la confusión que puede provocar la luz al mover la cabeza. Galán cree que sería mejor trabajar sobre el uso de chalecos reflectantes.

En cambio Mario Arnaldo, presidente de Automovilistas Europeos Asociados, ve la iniciativa de la luz en el casco como "positiva, como todo lo que refuerza la seguridad" , aunque pide que se "tenga cuidado" con los aspectos normativos, ya que las directivas europeas a este respecto no recogen, de momento, nada sobre esta segunda luz de freno. Ante las voces que creen que su fiabilidad no está demostrada, cree que en seguridad vial "la mejor demostración, es ponerlo a prueba".

La petición de esta propuesta, de continuar, abriría la posibilidad de uso a los moteros, de manera voluntaria. "Los moteros son un grupo especial, con un toque rebelde, por lo que imponer la medida desde el principio sería negativo", explica González.  "Pedimos que se permita probar su eficacia; después su éxito dependerá del Gobierno, del sector y de los moteros". En cualquier caso, el debate  no ha hecho nada más que arrancar.