El montaje, que estará en la sala Zircó de Valencia desde hoy miércoles y hasta el próximo sábado 5 de junio, es el primero en el que se embarca Azotea Compañía Teatral (ACT) formada recientemente por ocho jóvenes actores de una misma promoción la Escuela de Arte Dramático de Valencia que tras estudiar cuatro años juntos y después de haber iniciado sus carreras individuales, se han reecontrado unos años después y han decidido llevar adelante este proyecto juntos.

Bajo la dirección de Ramón Moreno, 'Después de la lluvia' reúne a ocho personajes en una gran ciudad de estética minimalista donde no llueve desde hace dos años y los sitúa en un edificio de oficinas de 49 plantas donde está prohibido fumar. En su azotea se suceden los encuentros y desencuentros de los trabajadores, adictos al tabaco, sus relaciones, sus conflictos, obsesiones, en definitiva, sus vidas. Así se plantean los interrogantes vitales como la necesidad de transgredir las prohibiciones impuestas por la sociedad actual.

Los actores Alberto Jiménez, Alfonso Jarilla, Begoña Navarro, Iris Lezcano, Jose Banyuls, Marino Muñoz, Marta Salinas y Sonia Sahuquillo salen a escena a ritmo trepidante un humor "fresco y divertido" a pesar de los "tintes trágicos y futuristas", en una comedia contemporánea que pretende convertirse la línea a seguir por la compañía, aunque no necesariamente condicionante para los futuros textos, señalaron.

Además, con la situación económica actual, últimamente no se suelen ver más de dos o tres intérpretes en una obra, por lo que destacaron que la presencia de ocho actores sobre el escenario es algo que "suma".

El director del montaje, antiguo profesor de esta generación de intérpretes, alabó la decisión de sus alumnos de unirse y crear una compañía, lo que a su juicio, demuestra que "no hay crisis" en lo que se refiere a las ideas. "La crisis sólo está en gestores y políticos" mientras "la gente tiene ganas de hacer cosas" y busca "maneras de autogestionarse valiéndose de sus propios medios", aseveró.

Según Moreno, "en el teatro es difícil vivir sin subvenciones" pero "pero hay ideas, ganas de trabajar y el teatro se está reinventando continuamente" e ideando fórmulas para sobrevivir de forma independiente y como ha hecho ACT, "la gente se arriesga a poner de su propio bolsillo" y se autogestiona. "La crisis de verdad está en los gestores y políticos que no tienen ideas", a quienes reclamó que apoyen y avalen con su "presencia" el trabajo de los actores y las actividades culturales.

Para el director, la sensibilidad no se muestra solo con palabras sino que "está en el día a día, en el contacto directo" con el sector, y deberían tener presencia en los trabajos artísticos "para no planificar desde los despachos", como "autistas" y "sin comunicación", sentenció.

En esta línea, los intérpretes de ACT apuntaron que ellos buscan "alternativas" y "modos de financiación no convencionales ni oficiales". Un ejemplo son los bonos de 10 euros para el espectáculo que da la oportunidad de ver la obra otra vez, e incluye al espectador en el programa manual como colaborador del montaje.