Tres artificieros resultaron muertos el martes por la noche al estallar una bomba aérea de la Segunda Guerra Mundial cuando trataban de desactivarla en la localidad alemana de Göettingen, en el centro del país.

La explosión, cuyas causas se desconocen, se produjo sobre las 21.30 horas del martes en pleno centro de la histórica ciudad universitaria alemana, causando además dos heridos de gravedad, cuyas vidas ya no corren peligro, y cuatro leves.

La bomba, de 500 kilogramos de peso y fabricación estadounidense, había sido descubierta horas antes durante unas obras de construcción y obligado a evacuar a más de 7.000 personas de los edificios cercanos, cuyo desalojo no había finalizado en el momento de la detonación.

El portavoz municipal, Detlef Johannson, comentó que el proceso de desactivación se había desarrollado de manera rutinaria, "todo marchaba estupendamente y los especialistas del equipo de artificieros se habían mostrado muy satisfechos".

Añadió que un equipo de 13 artificieros acudieron al lugar del hallazgo y que el mismo grupo de especialistas había desactivado ya a pocos metros de distancia el pasado jueves una bomba similar sin ningún problema. La bomba debía haber sido desactivada con un nuevo robot teledirigido de última generación que ya había sido probado con éxito la pasada semana.  El nuevo robot dispone de una sierra de alta potencia refrigerada por agua con la que se puede cortar el detonador desde una distancia segura, pero al parecer no dio tiempo a ser utilizado.

El hallazgo de la bomba obligó no solo a desalojar los edificios cercanos, sino a evacuar la estación central de la localidad y paralizar el tráfico ferroviario, que no se reanudó hasta pasada la medianoche, momento en el que se dio fin a la operación y se permitió a los evacuados regresar a sus hogares.

El descubrimiento de bombas de la Segunda Guerra Mundial en el subsuelo de las ciudades alemanas es un hecho casi cotidiano y se produce casi a diario, lo que obliga a frecuentes evacuaciones masivas. El Senado de Berlín dice que en el subsuelo de la capital alemana se encuentran enterradas aun unas 3.000 bombas aéreas de mas de 250 kilos cada una.