Un acusado de apuñalar a un compatriota colombiano en Las Palmas de Gran Canaria alega no recordar "nada"

Un hombre de nacionalidad colombiana acusado de presuntamente apuñalar a un compatriota "sin mediar palabra" en un bar en Las Palmas de Gran Canaria alegó hoy no recordar "nada" de lo sucedido, ya que "estaba muy borracho".

"No soy una persona violenta, no sé qué pasó ese día", aseguró C.H.D.C., de 21 años de edad, durante el juicio celebrado en la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Las Palmas, donde la Fiscalía ha solicitado imponerle 8 años de prisión por un supuesto delito de homicidio en grado de tentativa, mientras la defensa pidió la libre absolución para su cliente o, con carácter alternativo, la pena de 2 a 3 años y seis meses de prisión por un delito de lesiones.

El procesado —en prisión desde el 3 de enero de 2010— admitió que se encontraba en un bar con su familia sobre las 19.00 horas del pasado 1 de enero "celebrando el fin de año".

Aseguró que "estaba muy borracho". En un momento dado discutió con su hermano y después no se acuerda "de lo que pasó". Asimismo, no recuerda haber clavado una navaja o puñal en dos ocasiones a otro hombre ni recuerda que estuviera en el suelo "sujetado por varias personas". "Salí caminando y me detuvieron", añadió.

No sabe "con exactitud" quién le agredió

Por su parte, la víctima dijo que no conocía a C.H.D.C. Explicó que estaba en el local "tranquilo, tomando una cerveza", cuando de repente se percató de una discusión en otra mesa y se acercó a fin de "intermediar para que no pasara nada y calmarles". "Se formó una reyerta y sentí un corte y después otro", apostilló.

"No sabría decir con exactitud quién fue la persona que me agredió", admitió el afectado, que hizo hincapié en que se originó una reyerta entre los dos grupos que se encontraban en el bar e intervinieron "ocho o nueve personas". Si bien no supo explicar el motivo de la discusión.

Manifestó que tras el forcejeo se quitó la camisa, vio la sangre, salió del establecimiento y le recogió un vehículo, que le trasladó a un centro de salud.

"todos contra todos"

Durante la prueba testifical comparecieron una decena de testigos, entre ellos dos agentes de la Policía Local que se encargaron de las diligencias y subrayaron que "un grupo de personas apuntaron al procesado como el autor de la agresión". "Nos lo señalaron", remarcaron los policías y uno de ellos manifestó que, tras ser detenido, C.H.D.C. "se arrepintió de lo que hizo".

Asimismo, un amigo de la víctima reiteró que "todo fue muy rápido" y no pudo identificar al supuesto agresor. Amigos y familiares del acusado dijeron que ese día estaban consumiendo "aguardiente y cerveza" y comentaron que C.H.D.C. "no tenía ninguna navaja".

"La reyerta terminó todos contra todos", aseguró un primo del procesado, mientras que el padre de éste señaló que entre sus hijos se originó "una pequeña discusión", la víctima y otro hombre "entraron en escena y se formó una trifulca".

Heridas "compatibles" con la agresión

Como consecuencia de estos hechos, el afectado sufrió una herida incisa de unos dos centímetros de profundidad y cinco centímetros de largo en la zona dorsal, una herida incisa en la zona torácica superior de un centímetro de largo y un corte en el quinto dedo de la mano derecha.

Los dos forenses precisaron que la herida en la región torácica "podría haber causado la muerte del lesionado por afectación cardíaca de haber penetrado más profundamente el arma usada en la agresión". Incidieron en que las lesiones eran "compatibles con una agresión con arma blanca" y "no eran superficiales". No obstante, apuntaron que "no se puso en peligro la vida de la víctima".

Por todo ello, el Ministerio Fiscal solicita 8 años de prisión para C.H.D.C., así como que indemnice a la víctima con 600 euros por las lesiones causadas. Sin embargo, la defensa pide la libre absolución para su cliente o la pena de 2 a 3 años y seis meses de cárcel por un supuesto delito de lesiones.

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