Caja Cantabria contará con dos representantes en el Consejo de Administración del banco que creará la entidad junto a CAM (Caja de Ahorros del Mediterráneo), Cajastur y Caja Extremadura, según informaron hoy en rueda de prensa el presidente y el director general de la entidad cántabra, Enrique Ambrosio Orizaola y Javier Eraso.

Aunque el protocolo de intenciones suscrito este lunes sólo da un representante en el Consejo a la entidad cántabra, hay un acuerdo verbal para que al final sean dos. Lo mismo ocurre con Caja Extremadura, que también tendrá dos representantes en el Consejo.

En principio, el Consejo de Administración del nuevo banco quedará constituido por 12 miembros. Al presidente y consejero delegado, cargos que asumirán respectivamente Modesto Crespo (actual presidente de Caja Mediterráneo) y Manuel Menéndez (presidente de Cajastur), se suman los vicepresidentes primero, Víctor Bravo (presidente de Caja Extremadura), y segundo, Enrique Ambrosio (presidente de Caja Cantabria).

El órgano se completará con otros seis consejeros más nombrados tres a propuesta de la CAM y otros tres por Cajastur, más dos consejeros independientes.

Pero además, existe el compromiso de que en la primera reunión del Consejo se incorporen a él los directores generales de Caja Cantabria y Caja Extremadura, también como nombramiento nominativo.

Según explicó el propio Eraso, esas dos incorporaciones no han quedado reflejadas en el protocolo de intenciones porque "no se ha considerado conveniente" y por "simplificar" el procedimiento, pero el compromiso, aunque verbal, es firme. No obstante, lo que no está cerrado es si esos dos consejeros adicionales quedarán consolidados para el futuro o son sólo de momento para el arranque del SIP.

La participación de Caja Cantabria en el SIP ha sido precisamente uno de los aspectos que ha suscitado debate en el seno del Consejo de Administración de la entidad cántabra celebrado este miércoles.

Los consejeros han pedido que en la negociación que se abre ahora para firmar el contrato de integración y desarrollar el proceso se intenten "mejorar" los términos del acuerdo para Caja Cantabria en lo que respecta, por ejemplo, a las posibilidades de control y votación.

En cualquier caso, Ambrosio destacó que a pesar de que ha habido "matices", lo importante es que en la reunión del Consejo de Administración al final prevaleció el apoyo al proceso de integración. Además, resaltó que en la negociación ha primado el futuro de la caja. "A nosotros nunca nos ha preocupado tener una foto más o menos bonita, sino la seguridad y el futuro de la caja", comentó.

Ceses de consejeros

En cuanto al hecho de que los nombramientos para el Consejo de Administración del banco sean nominativos, el presidente de Caja Cantabria ha tomado ya medidas en su propio caso para que no quepa "ninguna duda".

Aunque considera de "sentido común" abandonar los órganos del banco si se cesa en la caja de origen, en su caso va a quedar plasmado por escrito, con la firma de una dimisión por adelantado.

Según indicó, en la reunión del Consejo de Administración encomendó al secretario que redacte un documento a tal efecto, de forma que en el caso de cesar en Caja Cantabria, Ambrosio presentará su dimisión irrevocable como vicepresidente segundo del banco. "Firmé la dimisión por anticipado", apostilló el presidente de la entidad cántabra, que espera que "los demás tomen ejemplo".

Aunque esto no obligaría a otros consejeros a actuar igual en el futuro, el director general de la Caja destacó que el actual presidente sienta ya un precedente y dejó abierta la puerta a la posibilidad de que el Consejo de Administración de Caja Cantabria, antes de los nombramientos, exija también un compromiso de dimisión en el banco en caso de cesar en la Caja.

"blindar el presente y el futuro"

Con la integración de Caja Cantabria en el SIP con CAM, Cajastur y Caja Extremadura, la entidad formará parte de un proyecto "líder" en el ámbito nacional que, además, va a permitir "consolidar el liderazgo en Cantabria e incrementarlo".

Supondrá "blindar el presente y el futuro" de la entidad, que tendrá más facilidades para el acceso a mercados mayoristas, para mejorar la eficiencia y para aumentar volumen de negocio en mercados a los que no podría llegar la Caja por sí sola, como Andalucía, el Valle del Ebro o Galicia.

Entre otras cosas, se podrá ofrecer a los clientes "mejores productos y más diversificados", al tiempo que se aumentarán las posibilidades de acceso al crédito. De hecho, con el volumen de recursos propios de Caja Cantabria actualmente la cuantía máxima de crédito que puede ofrecer a cada cliente es de 125 millones de euros, pero al integrarse en este SIP esa cifra aumenta hasta 2.500 millones.

Igualmente, al integrarse con las otras tres entidades se trabajará por la mejora de la solvencia, la eficiencia y la liquidez "arropados dentro de una casa más grande". "Desde una casa así se pueden soportar todas las tormentas", afirmó Eraso.

Según los responsables de la Caja, la integración también conllevará ventajas para los trabajadores, que tendrán "mejores expectativas" de desarrollo de carrera profesional.

No obstante, no precisaron qué impacto puede tener la integración en el número de oficinas de la entidad y en sus plantillas. A su juicio, es "prematuro" hablar de ello porque primero hay que preparar el plan de integración. La idea es sentarse a negociar con los trabajadores a partir del 15 de junio, porque entonces habrá ya "algo que negociar".

Ambrosio no ha comprometido ninguna fusión

Por último, preguntados por la postura del PP cántabro, que no quiere hacer pronunciamientos públicos sobre el proceso de integración, Ambrosio invitó a preguntar al propio Partido Popular.

El presidente de los 'populares' cántabros, Ignacio Diego, ha asegurado que no van a hablar "para no cometer errores" como el cometido por el presidente de Caja Cantabria en la última asamblea que, según dijo, "comprometió otra fusión totalmente distinta".

Frente a ello, Ambrosio recalcó que "nunca" ha comprometido "nada" y recordó que lo que dijo en la última asamblea es que se había formado un grupo de trabajo con varias entidades que podría desembocar en un acuerdo "total o parcial" ya que, desde su punto de vista, no todas las entidades asumían plenamente el objetivo de contar con una dirección centralizada y mutualizar beneficios al cien por cien.