La Audiencia de Valladolid revoca la absolución de Ocampo y le condena por injuriar al alcalde

El portavoz de la Coordinadora de Pajarillos deberá pagar una multa de 1.800 euros e indemnizar al primer edil con 1.000 euros

La Audiencia de Valladolid acordó revocar la absolución del portavoz de la Coordinadora de Pajarillos, Luis Ocampo, respecto de las declaraciones efectuadas en 2006 contra el alcalde de la ciudad, a quien acusó de amparar al economía negra y el narcotráfico, y condenó al primero al considerar que sus declaraciones son constitutivas de un delito de injurias graves hechas con publicidad, de los artículos 208, 209 y 211 del Código Penal.

Por tal motivo, la Sección Cuarta de lo Penal de la Audiencia vallisoletana estimó el recurso presentado por el Ministerio Fiscal, dejó sin efecto la sentencia absolutoria del Juzgado de lo Penal número 2 y resolvió condenar a Luis Ocampo al pago de una multa de 1.800 euros, junto con la obligación de indemnizar al injuriado, en concepto de responsabilidad civil, en la cantidad de mil euros, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.

En este nuevo fallo, que incluye la imposición a Ocampo de las costas derivadas del juicio celebrado en primera instancia, la Audiencia vallisoletana entiende que las imputaciones vertidas contra el alcalde por hechos relacionados con la especulación urbanística pueden estar amparadas por el derecho a la libertad de información, dado que el acusado lo que hace es sumarse a lo que han dicho otras personas, si bien no entiende lo mismo en lo relativo a las acusaciones de que León de la Riva se encuentra vinculado con el narcotráfico y el blanqueo de dinero.

"El acusado no aporta ningún dato de que el señor alcalde de la ciudad de Valladolid esté involucrado en actividades delictivas vinculadas con el blanqueo de dinero procedente del narcotráfico, ni con actividades delictivas relacionadas con el narcotráfico, y lo que hace es informar a la opinión pública de un hecho que es falso", con lo que la Sala entiende que se trata de expresiones que por sí mismas encarnan el "dolo de injuriar".

Además, la nueva sentencia incide en que el propio Ocampo reconoció en el juicio su intención de que con tales imputaciones el alcalde no volviera a salir reelegido en las siguientes elecciones, "lo que corrobora el ánimo delictivo de su conducta: lo que pretendía era lesionar la dignidad de la persona a la que se le efectuaban tan graves y falsas imputaciones para menoscabar su fama ante la opinión pública y así lograr que no volviera a salir como alcalde de la ciudad".

Cabe recurso al constitucional.

La condena impuesta por el tribunal vallisoletano es únicamente apelable, a través de un recurso de amparo, ante el Tribunal Constitucional.

El Juzgado de lo Penal número 2 de Valladolid absolvió en febrero al portavoz de la Coordinadora de Pajarillos, Luis Ocampo, y ello pese a reconocer que las expresiones proferidas eran objetivamente atentatorias, si bien justificó entonces la absolución al aplicar al acusado el principio 'in dubio pro reo', pues no consideró acreditado el elemento subjetivo, es decir, que su ánimo fuera el de menoscabar el honor del alcalde.

La juzgadora incidió en que el acusado únicamente deseaba denunciar, en ese ejercicio del derecho a la información y a la libertad de expresión, lo que consideraba una gestión inadecuada por parte del edil municipal y que posteriormente transmitió a los medios en rueda de prensa, aunque también reconoció que Ocampo pudo incurrir en una cierta ligereza en sus manifestaciones.

"Ciertamente, las expresiones proferidas son objetivamente calumniantes e injuriosas, pero no es menos cierto que el acusado hizo tales manifestaciones de forma oral, lo que impide tener un control exhaustivo sobre todo lo manifestado, pues no se haya presente la frialdad y posibilidad de reflexión que permite la forma escrita", añadió entonces la magistrada, quien recordó al alcalde que, "como personaje público", debe soportar que sus actuaciones sean sometidas al escrutinio de la opinión pública.

El fallo absolutorio contrastó con la postura de la Fiscalía de Valladolid, que entendía que las declaraciones que el portavoz del colectivo efectuó contra el alcalde, como así ahora ha entendido también la Audiencia vallisoletana, son constitutivas de un delito de de injurias graves con publicidad, merecedoras de una multa de 1.800 euros y de la obligación de indemnizar al perjudicado en la cantidad de 1.000 euros.

Las manifestaciones objeto de la querella fueron vertidas por Ocampo el día 21 de julio de 2006, en las que acusó entonces al alcalde de Valladolid de amparar con su política la economía negra, el narcotráfico, la prostitución, el blanqueo de dinero y la especulación urbanística.

Durante el juicio, Ocampo reconoció como suyas las declaraciones entrecomilladas que aparecieron recogidas en distintos rotativos que se hicieron eco de la rueda de prensa pero negó haber implicado directamente al alcalde en dichas actividades ilícitas. "Nunca dije que el alcalde de Valladolid vendiera papelinas en la calle, eso sería grotesco, y no me tengo por una persona grotesca", alegó Ocampo.

El portavoz vecinal rechazó haber acusado a León de la Riva de estar implicado directamente en actividades delictivas, aunque sí que al "amparar e impulsar la economía especulativa era cómplice del narcotráfico, el blanqueo de capitales, la prostitución o la especulación urbanística". Alegó igualmente que su intención entonces era la de, una vez mejorada la situación del barrio desde el punto de vista del tráfico de drogas, "plantear otros niveles de denuncia para evitar que el alcalde volviera a salir reelegido en pro del saneamiento democrático de la ciudad".

El imputado también explicó que sus palabras contenían un reproche a la figura de León de la Riva, "no sólo porque no había movido jamás un dedo contra el narcotráfico sino también por su beligerancia contra el movimiento vecinal". Así, tras insistir en que no tiene ninguna "animadversión personal" contra el alcalde, Ocampo reiteró que se limitó en su día a denunciar públicamente que su política urbanística "es conducente y crea el clima propicio" para la proliferación de distintas modalidades de corrupción.

Por su parte, el alcalde fue categórico al asegurar que se sintió "calumniado seriamente por la imputación de una serie de delitos y porque las informaciones no sólo aparecieron en Valladolid sino fuera de ella".

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