Así, los resultados recogidos en el análisis sobre el Índice de Desarrollo Demográfico en 2009, que mide en términos de población el dinamismo de los territorios a partir del crecimiento demográfico, la vitalidad demográfica y la atracción municipal, reflejan que con 23 puntos sobre 100 la Región castellanoleonesa se sitúa entre las menos desarrolladas en este sentido y sobrepasa únicamente a Asturias (18 puntos) y Galicia (17 puntos).

Madrid encabeza la lista con 81 puntos, seguida de Baleares (77), Canarias (70), Cataluña (66), Murcia (65), Comunidad Valenciana (59), Andalucía (58), Navarra (55), La Rioja (48) y Castilla-La Mancha (46).

Por provincias, en Castilla y León el ranking fue liderado en 2009 por Valladolid (con 79 puntos), Segovia (con 67) y Burgos (con 62), mientras que Zamora, con 8 puntos, volvió a presentar la menor pujanza demográfica.

El informe fue presentado hoy por el presidente de la Fundación Perspectivas de Castilla y León, Francisco Ramos, y por el encargado del mismo, el profesor del departamento de Sociología y Comunicación de la Universidad de Salamanca José Manuel del Barrio Aliste, quien señaló que en los últimos años la tendencia en la Comunidad es una pérdida media de 4.500 habitantes y previó un empeoramiento para 2010.

Según indicó, "la tendencia es brincar de los 5.000", una cifra que el presidente de la Fundación elevó hasta 8.000 para los próximos años.

Ramos aseguró que desde 2000 la brecha demográfica entre la Región y España "no ha hecho más que crecer" y que el peso de su población en el conjunto del país ha pasado de un 6,12 por ciento en ese año a un 5,48 por ciento en 2009. "Castilla y León es la comunidad cuya población creció menos durante 2008, por primera vez en lo que va de siglo podemos estar registrando pérdidas netas de habitantes", manifestó.

Actualmente, según el informe, en España residen 3.231.486 castellanoleoneses y el 35,1 por ciento de ellos se encuentra fuera de su territorio.

El presidente de la Fundación explicó que el modelo poblacional de la Región se caracteriza por los desequilibrios entre provincias, entre el medio rural y urbano y entre el centro y los bordes de las ciudades, así como por los desequilibrios estructurales debido al envejecimiento —Castilla y León, con seis de las diez provincias de España más envejecidas, es la autonomía con más habitantes mayores— y la masculinización de las edades jóvenes y adultas.

Ramos incidió en que el modelo de crecimiento depende la inmigración extranjera y, en este sentido, expresó que a la desacerelación de llegada de inmigrantes por la crisis se une la que denominó "emigración de los emigrantes", el retorno de extranjeros no a sus países de origen sino a otras autonomías españolas por las "mayores expectativas" que tienen éstos en otras regiones.

"Ellos, que cuentan con menor arraigo, son los que más rápido interpretan las posibilidades en Castilla y León y en otras comunidades", apostilló.

Los resultados del estudio reflejan que en 2008 ya se presentó un saldo interior negativo de 3.868 españoles y 980 extranjeros, es decir, que registró más emigrantes que inmigrantes cuya procedencia y destino son las provincias de España.

Agenda de población

Con estos datos, Francisco Ramos criticó la Agenda de la Población de la Junta al considerar que con ella se pretende "poner la venda antes que la herida" ya que, según aseguró, el Ejecutivo conocía las pérdidas netas de población y la previsión de crecimiento de dichas pérdidas a partir de 2010.

"La Junta sigue sin tener valentía política para atender a sus responsabilidades políticas", espetó, a la vez que expresó que las medidas de incentivos que incluye "son ineficaces" y no inciden sobre las cuotas de la natalidad ni la atracción de población y apuntó la necesidad de que se pongan en marcha políticas económicas y territoriales.