El presidente de Caja de Ávila, Agustín González, confió ayer en que el Consejo de Administración de la entidad dé hoy el visto bueno a su integración en Banca Cívica y esperó que se siga negociando y que la "responsabilidad de las partes" y el ánimo de un "grupo fuerte" propicien que pueda haber "final feliz".

González manifestó a los periodistas que ambas partes "siguen trabajando" en la actualidad "con la voluntad de saldar las pequeñas diferencias".

De este modo, a las 17.00 horas de hoy se celebrará una reunión del Consejo de Administración para que los consejeros "tengan elementos de juicio" y tomen la decisión "que estimen oportuna", a lo que añadió que en caso que votasen contra la integración el Banco de España "será respetuoso" con la entidad.

En la negociación, explicó, "cada uno tira de la manta para su casa" si bien en este caso ha habido "una generosidad mutua", y señaló que la Caja de Ávila "nunca ha reclamado un peso concreto" porque "siempre se ha atendido a la fórmula matemática desarrollada para los que ya dieron ese paso".

Respecto a los empleados de la entidad, dijo que puede producirse un "reajuste de funciones" pero garantizó que pueden "estar tranquilos".