Polémica: ¿permitir el móvil en el cine atraerá al público joven?

La polémica por el uso del móvil en las salas de cine continúa, y en EE UU parece estar tomando un giro inesperado. Resulta que, ante el inminente estreno estadounidense de Infiltrados en clase, y con la intención de atraer al público más joven, algunas de las cadenas de exhibidores se plantean "ser más flexibles" en lo que al uso de los teléfonos se trata. Esta sorprendente declaración, recogida por Deadline, fue pronunciada por Amy Miles, la presidenta ejecutiva de Regal Entertaniment (corporación que controla 6.775 pantallas en EE UU) durante la CinemaCon de Las Vegas, el mismo encuentro en el que Peter Jackson presentó los 10 primeros minutos de metraje de El Hobbit.

La polémica comenzó cuando el representante de Sony Pictures en la mesa redonda de turno se lamentó por la falta de asistencia de los más jóvenes al cine. "Hace 20 años, los chavales iban a ver una película por semana, pero ahora ya no", fue el comentario. En lugar de proponer respuestas como la bajada del precio de las entradas, que en el país asciende a cerca de 6 euros, o el recurso a formas alternativas de distribución, Amy Miles propuso una mayor tolerancia al uso del móvil como ejemplo de "algo que a mí no me gustaría, pero a mi hijo de 18 años sí".

Lejos de crear rechazo, esta medida despertó las simpatías de otros portavoces como Greg Foster, de IMAX: "Les pedimos [a los jóvenes] que paguen 12,9 dólares [casi 10 euros] por una entrada de cine, pero ellos están acostumbrados a controlar sus propias vidas", afirmó, para después añadir que, para un espectador adolescente, tener que prescindir de su celular en el interior de la sala es "como estar esposado".

La única voz discordante, refiere Slashfilm, fue la del fundador de los cines Alamo Drafthouse, Tim League. Ante el rumbo de la discusión, League afirmó que en sus salas (consideradas entre las mejores del mundo) sólo se podrá hablar por el móvil o enviar SMS "por encima de mi cadáver", y consideró el uso de los celulares como "un flagelo para la industria".

¿Cuál es nuestra posición en esto? Pues, como ya reveló una encuesta entre los miembros de nuestra redacción, en CINEMANÍA consideramos el uso del móvil en los cines como algo inaceptable o, cuanto menos, como un mal necesario en casos de extrema necesidad. Por otra parte, el malestar de parte del público por las faltas de civismo en las salas es algo que ya hemos analizado en un reportaje. Pero no está de más señalar el hincapié hecho por Greg Foster sobre el precio de las entradas, algo que veta el acceso al cine de muchos espectadores jóvenes, y que en España raya los 6,50 € (datos de 2011) para una proyección en 2D.

Si Amy Miles y Greg Foster señalan que, para el público más joven, pagar un pastón por su butaca para después no poder trastear con su teléfono dentro de la sala es un fastidio, desde aquí podemos señalar que el resto del público (entre el cual hallaríamos muchas personas que no cumplen los 18) encuentran severamente fastidioso tener a un vecino de asiento apretando teclas e iluminándoles con la pantalla. Así mismo, en la Cinema Con se habló de otras formas de abaratar el coste de las localidades, como incluir tráilers de estrenos de TV antes de las películas, algo que se rechazó de plano porque sería (palabras de Ben Foster) como "inaceptable" y dañino para la industria del cine.

Por nuestra parte, lo tenemos claro: entre ver un adelanto de Juego de tronos en pantalla grande y tener que soportar un uso indiscriminado de los móviles, tenemos muy claro con qué nos quedaríamos... Y no es con lo segundo. Pero ¿cuál es tu opinión sobre esto? Regístrate y cuéntanosla en los comentarios.