Tres calzoncillos, dos camisetas, unos vaqueros y unas bermudas. Con ese ligero equipaje y una vespa de segunda mano se ha ido a Sudáfrica el valenciano Nacho Medina. 15.000 km y ocho países entre pecho y espalda... Todo para apoyar a España en el Mundial.

"Envié la moto por barco hasta Alejandría y allí empecé la ruta hace un par de meses. Espero llegar el 12 de junio a la concentración de la selección, en Potchefstroom. Me han prometido entradas para ver sus partidos", explica a 20 minutos desde algún punto perdido de África.

"Estuve ahorrando 10.000 euros durante un año y he pedido una excedencia en el trabajo para poder hacer el viajecito", añade Nacho, profesor de Educación Física. Y es que, aunque la moto sea pequeña, también consume lo suyo: «Gastaré unos 3.000 euros en gasolina, ¡y eso que en Sudán sólo costaba 15 céntimos el litro! También he calculado otros 1.000 en aceite».

Pero Nacho ahorra por otro lado: "He dormido en albergues por un euro, aunque acompañado de pulgas, piojos y otros amiguitos". Con la comida también ha habido sorpresas: "En Etiopía me comí una especie de crepe agrio, injera, que estaba en mal estado. Me entró una diarrea que me duró una semana. Hay que tener cuidado porque muchos productos están caducados".

Llegó a quedarse 'sin blanca'

Anécdotas tiene mil, algunas poco agradables: "En Sudán me picó una avispa del tamaño de un Airbus. Tuve que inyectarme Urbason en el culo delante de 30 sudaneses alucinando al ver a un extranjero con los pantalones bajados".

También se quedó sin blanca: "En Nairobi me robaron la cartera con mi única tarjeta de crédito y me tuvieron que enviar otra desde España. Fue un hecho aislado porque la gente es increíble. No tienen nada, pero te lo dan todo. Nunca me he sentido inseguro".

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