Un enfermero italiano llamado Angelo Stazzi ha sido detenido acusado de asesinar a siete ancianos en el hospital donde trabajaba, en Roma. Les puso una inyección que acabó con sus vidas.
Stazzi, al que se pudo ver en una televisión hablando sobre la recuperación del Papa Woytila, que estuvo ingresado entonces en la Clínica Gemelli donde trabajaba. Allí conoció a una enfermera que se convirtió en su amante, y a la que asesinó hace ahora nueve años.
Este enfermero, de 64 años, casado y con dos hijos, reconoce haber cometido ese crimen, pero sólo ése. La policía sostiene ahora que se trata de un asesino en serie y está acusado de matar con una inyección de insulina al menos a siete ancianos.
El móvil es lo más sorprendente. Stazzi, al parecer, lo hacía para cobrar los 50 euros que una funeraria se había comprometido a pagarle por cada cadáver que les hiciera llegar. Este viernes Stazzi ha sido trasladado a una celda aislada de alta seguridad en la cárcel de Roma en la que permanece desde que lo detuvieron el pasado octubre, cuando se confesó culpable del asesinato de su amante.
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