El responsable socialista se pronunció de esta manera, en declaraciones a los medios de comunicación, acompañado por la portavoz del PSPV en el Ayuntamiento de Valencia, Carmen Alborch, y el secretario general de la ciudad, Salvador Broseta, antes de realizar una visita al distrito Pla del Real.

Alarte afirmó que una ciudad en la que su alcaldesa "no invierte en infraestructuras, equipamiento, conocimiento, transformación ni en mejores servicios públicos acaba siendo una ciudad donde vivimos dramáticamente las consecuencias" y, al respecto, indicó que el desempleo ha crecido un 138 por ciento en el último año.

En este punto, señaló que en junio de 2007 había 30.000 parados en la ciudad de Valencia y 2009 "ha servido para que ahora sean más de 70.000" los desempleados, lo que supone un aumento de un 25 por ciento más que el registrado en ciudades como Barcelona o Madrid.

Señaló que Barberá "no invierte realmente en el conocimiento, los servicios públicos, la apuesta por la calidad, el turismo, sus vías y espacios públicos" y, por ello, es una "Valencia que no nos gusta y queremos cambiar".

Al respecto, indicó que tiene previsto hoy un encuentro con urbanistas y arquitectos para abordar cómo perfilar una Valencia "mejor, mucho más moderna, que cree empleo y prosperidad, bienestar y conocimiento".

Pla del real

Alborch coincidió en que las inversiones del Ayuntamiento de Valencia "son muy escasas" y afirmó que en el distrito de Pla del Real "también faltan muchos equipamientos, faltan centros escolares y un centro de salud", y censuró que el equipo de gobierno municipal "se haya centrado en la reforma del edificio de Tabacalera", en tanto que el "plan Desconfianza" o el "plan humo sigue sin adjudicar ninguna de las obras previstas".

En este punto, incidió en que el Gobierno de España, a través de los fondos de inversión local de 2009 y 2010, "será el que realizará las inversiones".

Lamentó que el distrito de Pla del Real, que calificó como "la parte de la ciudad de la modernidad y del conocimiento" por la ubicación de universidades, jardines, restos arqueológicos y el Museo San Pío V, entre otras instalaciones, sea también "objeto de fuertes destrucciones de nuestro patrimonio" como es el caso de la Tabacalera, fruto de una "permuta más que cuestionable", y de los jardines de Monforte.

Sobre este último punto, afirmó que el derribo del muro es "un atentado a nuestro patrimonio" porque no responde a "ninguna necesidad" y supondría "acabar con una seña de identidad de un jardín romántico que necesita de esos recovecos y de esos espacios recónditos".

Alborch reclamó "invesiones importantes a todos los niveles" en la ciudad de Valencia y remarcó que no se pude vivir en una urbe "donde hagan falta tantos equipamientos escolares y de salud".