Israel expulsa por "terrorista" a un payaso: "Somos un ejército, pero de soñadores"

  • Los servicios de seguridad israelíes deportaron la semana pasada al 'clown' español Iván Prado.
  • Es cofundador de la organización gallega 'Pallasos en rebeldía'.
  • Los agentes de Inteligencia israelíes recomendaron evitar su entrada al país por sus "lazos con organizaciones terroristas palestinas".
Iván Prado Lokonuk, en una presentación en Ramallah.
Iván Prado Lokonuk, en una presentación en Ramallah.
EUROPA PRESS
Iván Prado Lokonuk, en una presentación en Ramallah.

Los payasos suelen representar situaciones estrambóticas, pero lo que le sucedió al payaso español Lokonuk rebasó los límites de lo kafkiano. La semana pasada aterrizó en Israel para participar en una caravana clown dirigida a niños en campamentos de refugiados palestinos. Pero no logró salir del aeropuerto: fue interrogado hasta el cansancio por las autoridades, enviado a una celda y deportado al día siguiente a España "como un criminal". Los servicios de seguridad israelíes aseguran que tiene "lazos con organizaciones terroristas palestinas".

"Parece ser que terrorismo es hacer que los niños se rían", explica Lokonuk, entrevistado telefónicamente por 20 minutos, entre risas. "A ver si ahora me van a meter en la lista de los terroristas más buscados".

Lokonuk es Iván Prado, cofundador de la organización gallega Pallasos en rebeldía, una organización que se dedica a llevar diversión a zonas difíciles, al estilo de otras organizaciones como Payasos sin Fronteras. Han actuado, por ejemplo, en los territorios zapatistas en Chiapas, México. También dirige el Festiclown (Festival Internacional de Clown de Galicia) y preparaba un festival internacional en territorio palestino.

Cacheados en Barajas

Los problemas de Prado comenzaron en Barajas el pasado 26 de abril. Viajaba con una amiga que haría de intérprete en territorio palestino; ella tiene nacionalidad española, pero su padre es árabe. "Ya desde el aeropuerto unos agentes comenzaron a hacernos preguntas al facturar, y cuando íbamos a abordar el avión nos bajaron a una sala donde revisan las maletas. Nos cachearon y revisaron todo lo que llevábamos; lo pasaron de nuevo por rayos X y le pasaron un detector de explosivos".

Siempre según el relato de Prado, en ese momento les avisaron de que su equipaje no saldría en ese vuelo, pues ya no les daba tiempo a examinarlo. "De hecho, nunca salieron de Barajas, cuando regresamos, las maletas estaban aún ahí".

Al llegar al aeropuerto israelí de Ben Gurión, los agentes del servicio de seguridad israelí (Shin Bet) advirtieron el apellido árabe de su acompañante y los pasaron a una sala. Ahí comenzó un largo interrogatorio de "cinco o seis horas": "Que cuánto ganaba, que dónde vivía, que a cuántos países había ido... todas preguntas muy extrañas".

"Bueno, pues vamos a expulsarlos"

Pero la funcionaria le pidió que abriera en su presencia su cuenta de correo electrónico, "para cooperar con las fuerzas de seguridad". La misma funcionaria se lo había pedido hace un año, en otra visita que hizo a Israel para los mismos fines. En aquella ocasión accedió, pero esta vez dijo que no. "No entiendo por qué, es una vulneración a mis derechos. Y la mujer dijo "Bueno, pues vamos a expulsarlos en el siguiente avión".

Siguieron nuevos interrogatorios con otros agentes, nuevos cacheos, y finalmente un guardia armado los sacó del aeropuerto en una furgoneta policial y los metió en una celda del centro de internamiento para extranjeros. Ahí pasaron la noche; a las cinco de la mañana regresaron por ellos y los metieron por la puerta trasera de un avión de El Al, "como criminales". Nos devolvieron los pasaportes hasta que aterrizamos en Madrid".

El diario israelí Haaretz se hizo eco del incidente: "El Shin Bet expulsa al payaso más famoso de España a su llegada a Israel". Lior Haiat, portavoz de la embajada israelí en España, asegura a 20 minutos que no lo dejaron entrar "por motivos de seguridad, porque en las preguntas rutinarias de entrada se pudo comprobar que estaba tratando de ocultar información sobre sus planes en Israel y que tiene contactos con miembros de organizaciones terroristas".

Sin embargo, Haiat no pudo precisar cómo dedujeron las autoridades esos supuestos contactos ni a qué organizaciones terroristas se referían.

"Es una auténtica tontería"

Prado niega esa acusación. "Es una autentica tontería, no tiene ni categoría de falacia". Admite que ha ido a territorios palestinos en dos ocasiones (2003 y 2009) pero siempre para organizar funciones de payasos. Niega haber tenido contactos ni siquiera con organizaciones políticas. "Una vez fui con la Media Luna Roja; si la gente de las ambulancias son terroristas, mejor apaga y vámonos".

"Si una de las potencias nucleares más peligrosas tiene miedo de los payasos, pues sí que tienen un problema", señala Lokonuk. "Somos un ejército, pero de soñadores; soñadores, nuestro único escudo antimisil son las narices rojas y las únicas víctimas de nuestros actos son los muertos de risa. En cambio, esta gente bombaerdea Gaza y construye un nuevo Muro de la Vergüenza".

Prado ha puesto el caso en manos de abogados para ver si hay alguna manera de denunciar estos hechos.  La embajada israelí justifica la acción. “Conociendo el sistema de seguridad israelí, podemos afirmar que si no le dejaron entrar, los servicios de seguridad tenían razón. Israel es un estado de Ley, no se toman decisiones caprichosas en los aeropuertos sobre quién entra y quien no", asevera Haiat a 20 minutos.

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