Los forofos del fútbol no entienden de crisis

  • La afluencia de público a los estadios no se resiente en 2010, pese al paro, la oferta televisiva de fútbol y los elevados precios por entrada.
  • "El auge de la selección y la importancia del Barça y del Real Madrid hace que vivamos la etapa más floreciente del fútbol en nuestro país".
  • Manolo 'El del Bombo', ejemplo de sacrificio por el deporte rey.
Manuel Cáceres, más conocido por Manolo, 'El del Bombo'.
Manuel Cáceres, más conocido por Manolo, 'El del Bombo'.
M.A.
Manuel Cáceres, más conocido por Manolo, 'El del Bombo'.
Colas kilométricas para viajar a Hamburgo, entradas mileuristas en reventas, merchandishing, espacio, tiempo, ilusión... La economía española no acaba de abandonar la crisis: la tasa de paro supera el 20 % de la población y la morosidad, el 5 %. ¿Realidades paralelas?

El fútbol nos muestra cada día una vida diferente, una que en muchas ocasiones difiere por completo de la contundencia económica y de la austeridad general en la que el mundo se halla actualmente. Válvula de escape y 'heisser' de emociones por segundo, el planeta no sería el mismo sin el deporte rey.

"El fútbol es la evasión absoluta y siempre ha sido considerado el opio del pueblo, en el sentido histórico. Y esto, en tiempos de crisis, unido al auge de la selección española y al gran momento que viven FC Barcelona y Real Madrid, ha hecho que se dispare la asistencia de público a los estadios y que vivamos la etapa más floreciente del fútbol español", indica a 20minutos.es el sociólogo Lorenzo Díaz.

La auditora Deloitte publicaba en el último trimestre de 2009 que la afluencia de público a los estadios en la Liga de Campeones se había incrementado un 5 %, así como el Real Madrid pronosticaba un aumento del 3,5 % de sus ingresos por ventas de entradas y otros tipos de ingresos por afluencia de espectadores.

En el primer trimestre de 2010 la presencia de aficionados en los estadios de Primera división ha crecido alrededor del 15 %, en comparación con el mismo periodo del 2009. Y esto llega en un año en el que la oferta futbolística televisiva es insuperable y en el que los partidos se reparten de lunes a domingo.

Darlo todo, cueste lo que cueste

El ejemplo más representativo de dicha realidad podría ser la historia de Manolo Artesero, más conocido por Manolo 'El del Bombo', sin duda el hincha más popular de nuestro país: “Por el fútbol he perdido negocios, familia y amigos", explica a 20minutos.es. "En el año 87, iba a Barcelona a ver un partido de España contra Holanda y tuve un accidente. Me ingresaron y, cuando salí del hospital, me fui a animar a la selección a Austria. Cuando volví, mi familia me había dejado" .

Su modo de vida, seguir a la selección allá donde ose jugar desde hace más de 40 años, le supone unos gastos de "1.000 euros por partido", lo equivalente a cerrar su bar situado en las inmediaciones de Mestalla. "No me importa nada lo que me cueste. Prefiero ganar 3 que 5 y seguir siendo feliz por el fútbol".

"La mayor locura la hice en el Mundial del 82. Perdí el trabajo y me fui a los partidos haciendo 'autostop' por España, cuando la gente se pensaba que me lo pagaban todo. Me hice 15.800 kilómetros", relata.

Ni siquiera a él le sorprenden ya los precios desmesurados por entrar a los campos, véase el ejemplo del estadio zaragocista de La Romareda el pasado mes de abril, cuando recibió al Real Madrid (de 90 a 180 euros y sólo unas 2.000 entradas se quedaron en taquilla). "La crisis, a nivel de clubes, no se percibe. Un aficionado haría cualquier cosa por su equipo, incluso pagar reventas", afirma Manolo.

Después de 40 años animando, un solo bombo roto en un accidente de tráfico y decenas de goles nunca vistos por arengar a la grada de espaldas al campo, el aficionado de los aficionados tiene claro cual es su mejor recuerdo: "Cuando conocí a los Reyes en la final de la Copa del Rey del 83, entre el Barcelona y el Real Madrid, en La Romareda".

Ahora cuenta con la ayuda de la Federación (viajes y entradas) para intentar cumplir su sueño, "los 12 Mundiales". "Llevo 7 y tengo 61 años. Me gustaría llegar a los 12, por eso de ser el jugador número '12'. Así que acabaría con 77 años".

El fútbol no tiene precio

Desterradas ya las maldiciones de cuartos de final, tiene claro que el título de Austria bien vale un vida: "Ver a España en lo más alto, es lo más grande que he vivido. Si volviera a nacer, viviría de la misma manera, incluso después de haberlo perdido todo".

"En la Eurocopa me hice unas 7.000 fotos con los aficionados. Me hace feliz ver cómo la gente me conoce allá donde voy".

Su próxima parada será Sudáfrica 2010, su octavo Mundial. Para ello, cerrará su negocio desde finales de mayo hasta agosto y continuará con su historia, esa en la que el balón no tiene precio.

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