El ‘chessboxing’, un deporte en el que el rey muere a puñetazos

  • En 2003 nació en Alemania esta mezcla entre ajedrez y boxeo.
  • Daniel Lizarraga es uno de los pioneros de este deporte en España.
  • "Aquí luchas física y mentalmente contra tu oponente".
Daniel Lizarraga muestra un caballo de ajedrez en el gimnasio Kanku de Pamplona, donde se entrena.
Daniel Lizarraga muestra un caballo de ajedrez en el gimnasio Kanku de Pamplona, donde se entrena.
MIKEL CIA
Daniel Lizarraga muestra un caballo de ajedrez en el gimnasio Kanku de Pamplona, donde se entrena.

Seguro que alguna vez han intentado mezclar aceite con agua. Imposible, ¿verdad? Pues algo parecido ocurría con el ajedrez y el boxeo hasta que en 2003 se organizó en Alemania la primera velada de chessboxing, fusión de ambos deportes. "Es el combate total, estrategia pura. Aquí luchas física y mentalmente contra tu oponente", explica Daniel Lizarraga, uno de los pioneros de este cocktel deportivo en nuestro país.

"El chessboxing demuestra que no todos los boxeadores son unos bestias sin cerebro y que todos los ajedrecistas no son frikis con gafas", añade Daniel, que compagina este deporte con su trabajo de comercial en la empresa familiar en Pamplona : "En el gimnasio hago entrenamiento físico y mejoro la técnica del boxeo. Al ajedrez le dedico un par de horas al día con el maestro internacional Roi Reinaldo, que me ayuda a estudiar aperturas, finales...".

Daniel ya ha ganado varios combates fuera de España y espera seguir progresando en el mundo del chessboxing: "Tengo compañeros de gimnasio que boxean mejor que yo y alucinan cuando ven que a mí me salen combates por toda Europa. Es una oportunidad de viajar".

Incluso alguno se ha planteado probar con el tablero: "Lo han intentado, pero tienes que ser bueno en el ajedrez. Es, incluso, más importante que el boxeo porque muchos combates se deciden por jaque-mate. A mí desde pequeño me ha fascinado y he practicado bastante".

¿Y cómo se juega?

Un combate de chessboxing consta de seis asaltos de ajedrez y cinco de boxeo. Los primeros duran cuatro minutos, uno más que los de  pelea física, y se van intercalando entre ellos. "Lo que más cuesta es sentarte a pensar un movimiento de ajedrez después de haber estado luchando. Es desconcertante, cuesta conectar las ideas y se suelen ver grandes errores sobre el tablero".

A veces los asaltos de ajedrez, que se disputan en el mismo ring, generan más tensión que los puñetazos: "Puede ser mucho más violento que el boxeo.  He visto partidas donde los rivales se intimidan y se amenazan con la mirada. En el boxeo, en cambio, suele haber un abrazo cordial antes de pelear".

Durante el asalto de ajedrez los púgiles se sientan y se colocan unos cascos con música clásica: "Son para mejorar la concentración y para evitar que el público te chive alguna jugada. Los aficionados animan y no paran de gritar. No hay silencio como en una partida normal".

El propio Daniel confiesa que se pone más tenso cuando tiene que noquear al rey de su oponente: "A mí el boxeo me relaja, permite descargar tensiones. En el ajedrez tienes que ser siempre muy agresivo y pensar rápido. Te pueden descalificar por juego pasivo".

El ganador es el primero que logra un jaque-mate o tumba a su oponente por KO. Si nada de eso ocurre, el combate se decide a los puntos del boxeo.

Un cómic visionario

El dibujante y cineasta serbio Enki Bilal imaginó hace casi 20 años un deporte similar al chessboxing, practicado por los personajes de su cómic de ciencia ficción ‘Frío Ecuador’.

La obra de Bilal pudo ser la semilla del actual chessboxing. "En España sigue siendo un deporte desconocido, pero tiene mucho tirón en Alemania o Inglaterra", explica Lizarraga.

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