El primer ministro tailandés propone a los camisas rojas elecciones el 14 de noviembre

  • El primer ministro de Tailandia quiere acabar así con las protestas de los camisas rojas, que han tomado el centro de Bangkok.
  • Los opositores ya habían rechazado una fecha.
  • Desde el inicio de las protestas, 27 personas han muerto y casi mil han resultado heridas en los brotes de violencia ocurridos.
Un manifestante, sobre una de las barricadas levantadas en Bangkok.
Un manifestante, sobre una de las barricadas levantadas en Bangkok.
Ahmad Yusni / EFE
Un manifestante, sobre una de las barricadas levantadas en Bangkok.

El primer ministro de Tailandia, Abhisit Vejjajiva, propuso este lunes celebrar elecciones legislativas el próximo 14 de noviembre, en un intento de alcanzar la reconciliación con los manifestantes antigubernamentales que ocupan el corazón comercial de Bangkok, desde hace un mes.

La fecha propuesta por el jefe del Ejecutivo adelanta en un mes a la que planteó en abril durante las negociaciones que mantuvo con los cabecillas de los camisas rojas del Frente Unido para la Democracia y contra la Dictadura, y que entonces, rechazaron.

"Estoy realmente convencido de que la reconciliación de nuestra sociedad no puede esperar más y, cuando llegue ese momento, el Gobierno estará listo para organizar las elecciones el 14 de noviembre", dijo Vejjajiva al anunciar en televisión la "hoja de ruta" elaborada por su Gobierno.

Tras el mensaje, los cabecillas de los camisas rojas no aclararon si en esta ocasión aceptarán la oferta del jefe del Ejecutivo y las condiciones a las que se sujeta la "hoja de ruta", acordada el pasado fin de semana entre los partidos de la coalición gobernante y los jefes militares. "Estudiaremos la oferta seriamente", dijo Jatuporn Prompan, uno de los cabecillas del Frente Unido, en declaraciones a la prensa en el campamento fortificado, en pleno centro de la capital.

Vejjajiva condicionó la propuesta a la unión de fuerzas en torno a la monarquía, en una aparente reacción a las supuestas confabulaciones urdidas desde su exilio por el ex mandatario tailandés, Thaksin Shinawatra, quien guía y financia el Frente Unido.

Los camisas rojas provienen en su mayoría de las zonas rurales del norte y noroeste del país, las de mayor densidad demográfica y feudos de los testaferros del multimillonario Shinawatra, depuesto en 2006 y condenado en rebeldía a dos años de prisión por corrupción.

En la "hoja de ruta", Vejjajiva incluyó también la "reforma nacional para erradicar la injusticia en las estructuras económica y política", y que para conseguirla el Gobierno se comprometió a fomentar el bienestar mediante mejoras en la educación y sanidad.

Protestas y represión sangrientas

También el jefe del Gobierno se comprometió a crear una comisión independiente encargada de investigar las muertes ocurridas durante los enfrentamientos librados el pasado 10 de abril entre los camisas rojas y las fuerzas de seguridad en las calles de Bangkok. Desde el inicio de las protestas, 27 personas han muerto y casi mil han resultado heridas en los brotes de violencia.

Los camisas rojas protestan en las calles desde el pasado 14 de marzo para exigir la disolución inmediata del Parlamento y la celebración de elecciones anticipadas, pero pese su persistencia y actitud desafiante, no han conseguido doblegar al primer ministro, líder del Partido Demócrata y educado en la Universidad de Oxford. "Me doy cuenta de que estas medidas no serán del gusto de todos", apuntó el primer ministro.

Las protestas, explosiones de granadas y otros artefactos, unidas a los esporádicos enfrentamientos librados en las calles entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes, han sumido a Tailandia en una de las más profundas crisis políticas de las últimas cuatro décadas. Los manifestantes conocidos como "camisas rojas" continuaron el lunes al ocupar el centro comercial de Bangkok, a pesar de la advertencia de Vejjajiva de que serían desalojados de su feudo capitalino.

La ocupación de esa zona de Bangkok de una extensión próxima a los tres kilómetros cuadrados y que es la versión tailandesa de la Gran Vía de Madrid o de los campos Elíseos de París, está poniendo a prueba la tremenda paciencia de sus ciudadanos, y sobretodo, la de miles de empresarios que han tenido que cerrar sus negocios.

La factura de la ocupación, que afecta también a decenas de miles de empleados de las empresas que han cerrado sus puertas, es difícil de cuantificar, aunque de momento y sólo en Bangkok más de 63.000 personas han perdido su empleo, y el Gobierno estima que restará al Producto Interior Bruto (PIB) entre 1 y 2 puntos porcentuales.

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