Las aceras en algunos tramos son muy estrechas o inexistentes y su carencia (ya denunciada por 20 minutos hace más de un año)ponen en peligro la vida del peatón. La circulación es densa y los vehículos, muchos de ellos pesados, pasan a gran velocidad. «Si hace viento y pasa un camión deprisa, parece que te vayas a caer a la carretera», explica un alumno.

Los vecinos de la zona sufren el problema cuando van al supermercado de la avenida. En los últimos años, se han construido un gran número de viviendas en la zona, y ha aumentado la población.

Diez años de protestas

Los vecinos de Santa Isabel y Montañana denunciaron el estado de la vía por primera vez en 1995. En 2004 consiguieron trasladar la parada del autobús 28 frente al instituto e instalaron una rotonda y un paso de cebra. De este modo, los que cogen autobús ya no corren riesgo, pero todavía hay muchos que caminan hasta sus casas, situadas en la misma vía o en la entrada de Movera.