Oceana reclama protección para los bosques de quelpos del Cantábrico

En los últimos años estos bosques se están degradando rápidamente en la cornisa y en algunas zonas ha desaparecido más del 90%

Oceana ha pedido hoy una protección "eficaz" para los bosques de quelpos de la Cornisa Cantábrica, que actualmente carecen de medidas de conservación y están amenazados por proyectos para su explotación comercial intensiva, lo que agravaría severamente el estado de estas especies. La regresión de los bosques observada por Oceana en su expedición por el Cantábrico ha sido corroborada recientemente en un trabajo que muestra que la cobertura de estas algas pardas ha disminuido en un 90% en la costa asturiana.

Los bosques de laminariales o quelpos son la base de uno de los hábitats más ricos, diversos y valiosos de las costas. Entre sus funciones destacan las de proveer de alimento y refugio a multitud de organismos, servir como zonas de reproducción a gran cantidad de especies —muchas de ellas de importancia comercial— o proteger la línea de costa al atenuar la energía del oleaje.

Según Ricardo Aguilar, director de Investigación de Oceana en Europa, "se ha constatado que en muchas de las costas del norte de Europa la presencia de estas importantes especies está disminuyendo rápidamente, mientras que en algunas zonas su desaparición total ya es un hecho". Por ello, defendió la necesidad de impedir que suceda lo mismo en la costa gallega y asturiana, "actuando con celeridad a través de la medida de actuación de efecto más inmediato: proteger las áreas donde aún se concentran".

Varias especies formadoras de estos bosques se encuentran de hecho protegidas por la normativa europea, a pesar de lo cual siguen sin tomarse medidas, denunció Oceana.

Entre los diversos factores que están afectando a los quelpos se encuentran la contaminación de las aguas litorales, el incremento de las temperaturas debido al cambio climático y la explotación comercial, de importancia creciente al haberse pasado en algunas zonas de unos usos y recogidas de carácter tradicional a explotaciones intensivas.

Aunque en muchas zonas costeras aún se mantiene el aprovechamiento de los arribazones —las algas que llegan a la costa— o pequeñas extracciones de forma manual, otras prácticas de carácter más industrial podrían determinar la desaparición de estas especies en las costas españolas.

En su expedición por el Cantábrico, Oceana documentó la presencia de estos bosques en muchas de las zonas que después se incluyeron en el informe 'Propuesta de áreas marinas de importancia ecológica en la zona galaico-cantábrica'. En una de esas zonas, el exterior de la ría de Cedeira, se está anunciando la instalación de una empresa dedicada a la recolección industrial de estas algas, lo que, según la asociación, entraña "un grave peligro para la salud de todo el ecosistema marino, pero también importantes perjuicios económicos en la explotación del resto de especies comerciales que constituyen el soporte económico fundamental en la zona".

En este sentido, el director ejecutivo de Oceana en Europa, Xavier Pastor, aseguró que "permitir la explotación intensiva de estas especies equivale a darles el golpe de gracia definitivo dado el estado por el que atraviesan".

Por ello consideró "crucial" adoptar medidas de forma inmediata como la creación de áreas marinas protegidas. Además, paralelamente, dijo, habría que avanzar en combatir los efectos del cambio climático y mitigar la contaminación de las zonas costeras porque "no hay otras posibilidades", advirtió.

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