De acuerdo con el último censo de este año, en la capital hay más de 30.000 palomas (en 2002 había 45.000). Álvarez calcula que en un año y medio podrán acabar con el 60% de la población de seguir su ritmo de capturas: 1.800 al mes.
Además de la caza, la empresa ha puesto en marcha otro modus operandi: cerrar con malla metálica los huecos de edificios abandonados para evitar que aniden. Así emigrarán y serán depredadas de forma natural. Falcon Ibérica pretende, además, actuar en el Puerto para evitar que las aves accedan al grano, su principal sustento.
Más de 100 focos en edificios viejos
En la capital hay más de un centenar de edificios vacíos con población de palomas. De ellos, 30 exigen una actuación inmediata por el gran número de ejemplares que anidan. La mayoría están en las plazas de La Merced, Félix Sáenz y La Marina. Según Juan Andrés Álvarez, los vecinos no permiten la entrada en los inmuebles. «Hay mucha sensiblería cuando lo que hacemos es capturarlas sin hacerles daño», asegura.
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