Un vecino dice que el hombre remató a la mujer en la escalera cuando trataba de escapar y pedir ayuda

Un joven que pasaba por la calle se hizo pasar por agente de la Policía Secreta para retener al agresor hasta que fuera detenido

La mujer que falleció hoy supuestamente a manos de su marido, M.I.G., de 58 años, salió a pedir auxilio al rellano de la escalera cuando sufrió el impacto del disparo que la mató. Así lo contó hoy a los periodistas uno de sus vecinos, Luis Fernández, quien cuando bajaba a ver qué ocurrió oyó el disparo y vio a la mujer tumbada boca abajo. "Parecía que estaba tratando de escapar hacia arriba", indicó el vecino, que vive en la planta superior.

Fue precisamente este vecino quien se asomó a la ventana y al ver al supuesto agresor, de 65 años,*que se escapaba pidió ayuda para que lo retuvieran. Uno de los viandantes se hizo pasar entonces por Policía de la Secreta e instó al hombre a que se parara, que acababa de llamar a la Policía y que venían a detenerle.

Asimismo, Fernández, que mostró su sorpresa por lo ocurrido ya que agresor y víctima formaban un matrimonio "normal", señaló que eran sobre las 09.25 horas cuando él sintió como unos golpes y unas patadas y luego un disparo, "muy bajo". De hecho, al principio creyó que alguien se había quedado atrapado en el ascensor y, como él tiene la llave para abrir las puertas, salió de su casa para ver lo que pasaba. "Igual las patadas que sentí eran las de ella intentando que se abriera el ascensor para escapar", dijo. Al parecer, la mujer también pidió ayuda desde la ventana, tal como se podía comprobar por las manchas de sangre en la cortina.

Una vez en la escalera, el hombre comenzó a oír las voces de la mujer pidiendo auxilio. La mujer llamaba a 'Tere', una vecina del quinto que era una de sus mejores amigas. "Vecinos, que me mata", gritaba. Fernández oyó el disparo y luego "se hizo el silencio", dijo.

Por otro lado, otra de las vecinas, Elda Lago, que vive en un portal al otro lado de la acera, señaló que estaba limpiando cuando oyó un grito y "como un golpe fuerte". En ese momento pensó que era una señora a la que había visto limpiando las ventanas, que había caído por la ventana. Fue entonces cuando vio salir del portal al supuesto agresor. "Yo le vi salir tranquilo, abrochándose la cazadora", dijo. Según ella, el hombre llevaba manchas de sangre en la ropa.

Lago, al igual que el resto de vecinos, no se explicaba bien lo ocurrido. Tan sólo acertaron a decir que el hombre andaba "nervioso" últimamente desde que se había jubilado. El supuesto asesino trabajó durante años en la antigua fábrica de cerámicas La Piti hasta que cerró y luego en una panificadora, en Tremañes. Se le podía ver llevar a la nieta, de tres años y medio, al colegio, decía Lago. El matrimonio, que llevaba 26 años en el mismo domicilio, tiene una hija y un hijo, que se acercaron al lugar de los hechos, tras ser avisados por la Policía.

En cuanto a la escopeta, otro de los vecinos comentó que el supuesto agresor tenía licencia de caza, y con frecuencia se le veía con el arma enfundada.

Aunque todos lo describen como "normal", también apuntan a que era un poco "huraño", con poco trato con la gente, mientras que la víctima era más sociable y se ofrecía a colaborar con todo el mundo. El hombre solía también frecuentar dos bares cercanos a su casa.

Al menos tres tiros

Tras el asesinato, el hombre, de 65 años, fue trasladado a Comisaría, donde se encuentra a esperas de que se le tome declaración por la muerte violenta de su esposa, M.I.G., de 58 años. Según las primeras investigaciones, el marido recargó la escopeta de caza de cañones paralelos con la que disparó para pegarle "al menos" tres tiros, según el Jefe Superior de Policía de Asturias, Baldomero Araújo.

Según los datos de la Policía, el suceso se produjo en torno a las 9.30 horas de esta mañana en el barrio de El Llano, en Gijón, y fueron los vecinos del inmueble en el que residía la pareja quienes dieron la voz de alarma tras oír una discusión.

Los agentes detuvieron al hombre en el portal, cuando éste se disponía a abandonar el lugar de los hechos y hallaron el cuerpo sin vida de la mujer en el rellano de la escalera del segundo piso, por lo que no se descarta que ésta tratase de huir. Se solicitó de forma urgente asistencia sanitaria, aunque no se pudo hacer nada por salvar su vida dada la gravedad de las lesiones sufridas.

Según confirmó el Jefe Superior de Policía de Asturias, no había denuncias anteriores por violencia de género, ni por tanto, órdenes de protección vigentes, como tampoco existían en los dos casos anteriores ocurridos en Oviedo en los meses de febrero y abril.

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