Los expertos observan menos emisión de cenizas en el volcán islandés, pero no se fían

El volcán islandés subterráneo del glaciar Eyjafjallajökull, al sur de Islandia, redujo este lunes sustancialmente la emisión de cenizas a la atmósfera y comenzó a producir lava, lo que puede indicar el paso a una nueva fase en su actividad, según informó el Instituto Meteorológico de ese país nórdico.

La columna de ceniza procedente del volcán, que el sábado pasado alcanzó una altura de 11 kilómetros, se situó este lunes por debajo de los tres kilómetros, una tendencia que de mantenerse podría acabar con los problemas del tráfico aéreo generados desde hace cinco días en Europa.

El Centro Vulcanológico Nórdico de Reikiavik advirtió, no obstante, de que hasta que se hayan realizado nuevas mediciones en el Eyjafjallajökull no se puede determinar con seguridad el paso a la nueva fase, si bien todos los indicios apuntan en esa dirección.

En el vídeo que acompaña a esta información, elaborado por  el National Environmental Research Institute (NERI) de Dinamarca, se observa la previsión de la evolución de la nube de cenizas entre este lunes y el próximo jueves día 22.

El volcán islandés Eyjafjalla, en erupción desde hace el pasado miércoles, envia menos ceniza que este fin de semana.

El Katla sigue dormido

Los sismólogos señalaron también que no hay ningún indicio de actividad en el vecino Katla, uno de los volcanes más potentes de Islandia y que entró en erupción las tres últimas veces que lo hizo el Eyjafjallajökull con anterioridad en los años 920, 1612 y 1821. El Katla, que se encuentra a apenas unos kilómetros del Eyjafjallajökull y es de mayor tamaño, suele entrar en erupción en intervalos de entre treinta y sesenta años, y la última vez que lo hizo fue en 1918, de ahí que los expertos esperen desde hace tiempo que vuelva a mostrarse activo.

La Asociación de Agricultores Islandeses ha mostrado, por otra parte, su preocupación por los efectos de la erupción del Eyjafjallajökull en la zona adyacente, que comprende el 15% de la ganadería y el 12% de la agricultura islandesas. Si la erupción se prolonga durante un período extenso y resultan dañados los campos de pasto y de cultivos por la ceniza y las inundaciones, la región y toda la agricultura islandesa sufrirían "un golpe severo", según esta asociación.

El Gobierno estudia la posibilidad de evacuar todo el ganado a otras zonas de este país nórdico, si continúan las precipitaciones de ceniza, según ese colectivo.

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