La resolución, que es apelable, fue adoptada por el juez Carlos Cerda, que en la investigación sobre el origen de la fortuna del ex dictador (1973-1990), calculada en 27 millones de dólares, le imputa cuatro delitos

El juez adoptó esta decisión después de haber realizado cuatro interrogatorios a Pinochet entre el 8 y el 17 de noviembre, con el fin de desenredar la intrincada red de sus manejos financieros en el exterior y tras declararlo mentalmente apto para afrontar un juicio.

El general retirado, que el próximo viernes cumple 90 años, recibió la notificación del arresto en su domicilio del acomodado barrio santiaguino de La Dehesa, donde permanecerá arrestado.

Cuatro delitos y una fortuna de dudosa procedencia

Pinochet está imputado en este caso por los delitos de evasión tributaria, falsificación de cuatro pasaportes, falsificación y utilización de membretes de la subsecretaría de Guerra para identificar sus bienes ante el Banco Riggs y por declarar falsamente sus bienes ante notario en 1989.

La defensa del militar, que sostiene que la fortuna de Pinochet no sobrepasa los doce millones de dólares (la acusación mantiene que es de 27 millones) ha argumentado que el origen de ese dinero es legítimo y proviene de ahorro, inversiones y donaciones.

Sin embargo, según consta en el expediente del juicio, por concepto de sueldos y dietas en toda su vida, Pinochet recibió 661 millones de pesos, un poco más de un millón de dólares.

Carlos Cerda otorgó también la libertad provisional al ex dictador (1973-1990) al que le fijó una fianza de 12 millones de pesos (alrededor de 22.000 dólares), aunque este beneficio debe ser revisado por la Corte de Apelaciones de Santiago y hasta que ello ocurra Pinochet seguirá bajo arresto domiciliario.

Durante la investigación, que inició en julio de 2004 el juez Sergio Muñoz, que dejó el caso en octubre pasado al ser ascendido a la Corte Suprema, también se logró acreditar que Pinochet evadió impuestos por más de diez millones de dólares.

Pendiente de juicios por desapariciones

El ex gobernante está todavía pendiente de aforntar otro procesamiento por la llamada Operación Cóndor, una maniobra de la DINA, la policía secreta de la dictadura, para encubrir -con el apoyo de Argentina y Brasil- la desaparición de 119 opositores al régimen.

Hace tan sólo unos días, Pinochet era declarado apto para afrontar el juicio, después de demostrarse que había exagerado su enfermedad en los exámenes médicos para intentar evitar el procesamiento.

Sin embargo, parece que el juicio por los suspuestos delitos fiscales del ex mandatario es la vía que más rápido avanza, y la que podría llevarle a la cárcel. Algo similar ocurrió en el pasado sucedió con el mafioso Al Capone, que evitó todos los enjuiciamientos por los homicidios que se le atribuían, pero no pudo evitar acabar en prisión por delitos de evasión fiscal.