2010, el año de las catástrofes naturales

El terremoto de Haití del pasado mes de enero asoló las calles de su capital, Puerto Príncipe.
El terremoto de Haití del pasado mes de enero asoló las calles de su capital, Puerto Príncipe.
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El terremoto de Haití del pasado mes de enero asoló las calles de su capital, Puerto Príncipe.

La naturaleza parece haberse sublevado en los últimos tiempos. Y es que más de 220.000 personas han perdido la vida en todo el mundo en lo que va de 2010 como consecuencia de catástrofes naturales. La última de ellas llegaba este miércoles con el terremoto de 7,1 grados en la escala de Richter que ha dejado más de 617 muertos y unos 10.000 heridos en la provincia occidental china de Qinghai. Se trata del tercer terremoto de gran magnitud registrado en apenas cuatro meses.

El mayor de ellos ocurría nada más inaugurar 2010. Un seísmo de 7 grados sacudía Haití causando al menos 217.000 muertos, una cifra que se estima que ascienda a 300.000 cuando finalicen completamente las labores de desescombro. Dos meses después de la tragedia, otras 300.000 personas continúan recuperándose de sus heridas y unos tres millones de damnificados tratan de reconstruir su vida en el país más pobre de América.

Los incalculables daños se vincularon, más que a la fuerza del propio seísmo, a la localización del epicentro, muy cerca de Puerto Príncipe, donde vive casi una cuarta parte de la población del país, y a la precaria calidad de las construcciones de la zona.

No obstante, sería más de un mes después, el 27 de febrero, cuando se registraría el movimiento de tierra de mayor intensidad de estos primeros meses del año. El terremoto de Chile llegó a los 8,8 grados, convirtiéndose en el quinto más grave de la Historia. Sus consecuencias llegarían incluso, según los expertos, a modificar el eje de la Tierra, a acortar la duración de los días en 1,26 microsegundos y a alterar la posición geográfica de otras ciudades chilenas y argentinas.

La cifra de víctimas era, no obstante, muy inferior a la de Haití: fallecieron 486 personas, un centenar de ellas por el posterior tsunami que afectó a diversas zonas continentales de Chile y al archipiélago de Juan Fernández, mientras que otras 79 personas desaparecieron. El número de damnificados creció hasta los 800.000, mientras que las pérdidas fueron valoradas en 30.000 millones de dólares.

Pocos días después, el 8 de marzo, 51 personas morían y más de 70 resultaban heridas en un nuevo movimiento de tierra, esta vez en Elazig (Turquía), en un seísmo de 6 grados en la escala de Richter. En otro temblor en Haití, posterior al terremoto de enero, fallecieron el 22 de marzo al menos cuatro personas y otras tres resultaron heridas al derrumbarse un edificio en Cabo Haitiano, en el norte del país.

El último seísmo que causó víctimas mortales antes del ocurrido este miércoles tuvo lugar el pasado 4 de abril en México y alcanzó los 7,2 grados en la escala de Richter. Causó dos muertos, 233 heridos y daños menores en infraestructura, sobre todo en Mexicali, capital del estado de Baja California, donde se registraron más de un centenar de réplicas en los días posteriores.

Pero no todas las catástrofes naturales de este año han sido movimientos de tierra. Brasil sufría a principios del mes de abril las mayores inundaciones en cuatro décadas por las intensas lluvias registradas, una tragedia que sesgaba la vida de más de 200 personas en Río de Janeiro y dejaba sin hogar a miles de brasileños.

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