Un hombre de 38 años se prendió fuego este lunes por la mañana en el Ayuntamiento de Santoña (Cantabria), tras irrumpir en el despacho de la alcaldesa, Puerto Gallego, informaron fuentes de la Guardia Civil.

El individuo, que fue atendido en primera instancia en el Hospital Comarcal de Laredo, sufre quemaduras de segundo grado en la cara y se encuentra estable, con pronóstico reservado, a la espera de que lo trasladen a la unidad de quemados del Hospital de Cruces, en Vizcaya.

El incidente se produjo sobre las 11.10 horas, cuando P.L.C.D., vecino de la localidad, irrumpió en el despacho de Puerto Gallego, que en ese momento estaba reunida con otras personas. La regidora pidió a la Policía Local que lo desalojara, pero, antes de que llegaran los agentes, el hombre se roció el pelo y la cara con un líquido para recargar mecheros y se prendió fuego.

Arruinado

Este hombre tenía "problemas de muchos tipos", laborales y económicos, y, antes de quemarse, dijo que le habían "desgraciado la vida", que estaba "muy mal" y que se había "arruinado" él y también su madre, explicó en rueda de prensa la alcaldesa, quien reconoció que aún tenía "el miedo en el cuerpo".

Gallego, que prestó declaración ante la Guardia Civil, detalló que cuando le vio, y cuando todavía desconocía sus intenciones, le dijo que "esperara un momento", que sí le atendería pero que ese momento estaba ocupada. Sin embargo, el individuo no hizo caso, entró al despacho y le entregó una carpeta, cuyo contenido se desconoce.

"Me han desgraciado la vida", "Estoy muy mal", "Me he arruinado y he arruinado a mi madre", dijo P.L.C.D. antes de vaciarse sobre el pelo y la cara dos tubos con líquido inflamable, aunque en ese momento los presentes "no sabían" lo que contenían.

Gallego señaló que, cuando avisó a la Policía Local, el hombre les dijo: "Me da igual lo que me digáis, no tenéis que hacer nada ya. Me han desgraciado la vida". La regidora destacó, sin embargo, que "en ningún momento" el hombre atentó contra los presentes sino que les pidió que "se apartaran", porque "él estaba harto".

En ese momento, entró en el despacho el sargento de la Policía Local y, al verle, el hombre se prendió fuego. El agente, que afirmó que "fue cuestión de segundos", envolvió al hombre con la chaqueta de una secretaria y logró que el fuego no se extendiera. También aseguró que una vez fuera del despacho, el hombre se mostró tranquilo, a pesar de las quemaduras que sufría, y le dijo que "no quería hacer daño a nadie".

El individuo vive justo encima de un bar en el que ha tenido algunos problemas. Sobre este asunto, Gallego dijo que "no sabe" si éste ha sido el motivo del malestar del hombre, como se ha barajado, aunque reconoció que el Ayuntamiento tenía conocimiento de que a lo largo del último año este vecino y el bar se habían denunciado mutuamente.

La alcaldesa agregó que parecía que el hombre "estaba obsesionado" con este establecimiento que, aclaró, dispone de las licencias pertinentes y "lo que tiene, es legal". También precisó que P.L.C.D. no mencionó "nada" sobre ese negocio.