A las tribus urbanas de la región cada vez les cuesta más renovar sus bases

  • En la comunidad, más de 6.000 jóvenes pertenecen a estos grupos, pero les resulta difícil captar a nuevos miembros.
  • Muchos de sus componentes llegan a superar los 40 años.

Les unen los mismos gustos musicales, una forma de ver la vida, vestimentas y hasta ideologías. Pero ya no son tan jóvenes ni tan numerosos. A las tribus urbanas de corte violento de la región (principalmente grupos antisistema, bandas latinas y neonazis) les cuesta cada vez más renovar sus bases, y eso pese a que la situación actual de crisis y desempleo suele ser el caldo de cultivo ideal para captar nuevos miembros debido a la falta de oportunidades laborales para los jóvenes.

De hecho, su número se ha estancado alrededor de los 6.000 (identificados por la Policía) y aunque la edad de entrada sigue siendo la misma (13 o 14 años), cada vez abandonan más tarde el grupo, hasta el punto de que, según afirma David Madrid, agente experto en movimientos sociológicos del Sindicato Unificado de Policía (SUP), se han encontrado con muchos miembros de 45 años.

Madrid también comenta que, para estas bandas, el uso de Internet se ha convertido en una poderosa herramienta con las que cometer sus fechorías. "Un ejemplo es lo que sucedió hace unas semanas entre los hinchas del Rayo Vallecano y el Elche –explica–, en donde hubo altercados, y se convocaron gracias a la Red".

Pese a las novedades, la crisis no les ha beneficiado. Aunque siguen siendo muy activas, su número apenas ha subido. "El desempleo es una coyuntura ideal para atraer a gente joven. Pero entre las bandas latinas, por ejemplo, muchas familias han vuelto a sus países de origen con sus hijos, impidiendo su entrada en estas bandas. Además, cada vez se sienten más acosados por las Fuerzas de Seguridad del Estado", explica Isidoro Zamorano, portavoz de la Confederación Española de Policía (CEP).

Cúpula de los Latin Kings

Precisamente, hace dos meses se descabezó el núcleo duro de los Latin Kings en Madrid con el arresto de 54 miembros de su cúpula, lo que hizo cambiar drásticamente el panorama de las bandas latinas en la ciudad. "Los Ñetas y los Latin han perdido mucha fuerza frente a los Dominicans Don't Play y los Trinitarios, que se encuentran mucho más activos", explica Eduardo Esteban Rincón, fiscal jefe de Madrid.

De hecho, entre estas dos últimas bandas sumaron el año pasado un homicidio, siete intentos de asesinato, seis robos y dos detenciones por portar armas, según datos de la Memoria de la Fiscalía a los que ha tenido acceso 20 minutos. Aun así, el mismo fiscal asegura que no hay que bajar la guardia. "Los Latin y los Ñetas tienen mucha capacidad regenerativa por su estructura piramidal. Además, para ellos ir a la cárcel es un motivo de prestigio que les da un mayor estatus entre sus compañeros", apostilla.

Estos datos confirman que, pese a la falta de sangre nueva, estas bandas siguen siendo muy peligrosas. "Es más, el hecho de que su edad media sea cada vez mayor evidencia que están mucho mejor organizados", explica Roberto Barbeito, profesor de Sociología de la Universidad Rey Juan Carlos. "También destaca su intención de pasar más inadvertidos. Si utilizan Internet es por la falsa sensación de anonimato que proporciona. Pero no es así. La Policía controla muy de cerca la Red", dice.

Otra cosa es controlar a los neonazis, ya que no existe una categoría de delitos racistas con los que seguirles la pista. Por eso, desde este año hay una fiscal encargada exclusivamente de este tipo de sucesos, lo que permitirá a la Policía tenerlos más vigilados. La labor no termina ahí. Hace también seis meses, el Ministerio del Interior ordenó elaborar un censo y un mapa por provincias de estas tribus que todavía está tramitándose.

Tribus principales

Antisistema: Se integran en distintos movimientos: okupas, antiglobalización, sharps, redskins... no todos son de corte violento, pero muchos de sus simpatizantes protagonizan altercados vandálicos. Están a favor de la liberación Palestina y del movimiento zapatista, entre otras cosas. Se vinculan con la extrema izquierda y los skins son sus mayores enemigos. Suelen vestir con palestinos, capuchas y pegatinas de las manifestaciones a las que acuden en las cazadoras.

Neonazis: Se les solía reconocer por su atuendo: botas militares, cabezas rapadas, bombers... pero ahora son más discretos e intentan no llamar tanto la atención. Su ideología se identifica con el nazismo y la extrema derecha, y dirigen su odio contra distintos colectivos, ya sea por su origen étnico, su ideología o su orientación sexual.

Bandas latinas: Se dividen las calles, que marcan con grafitis. Su estética los vincula con el hip hop (ropa ancha, gorras, calzado deportivo...). Suelen ser ecuatorianos y dominicanos, pero se han encontrado miembros y simpatizantes de muchos otros países, incluidos españoles.

Tribus urbanas no violentas: Son movimientos urbanos, pero no están tan organizados, no son violentos ni delinquen. Se nutren de jóvenes de clase media a los que unen los mismos gustos musicales e ideológicos: emos, góticos, heavies, punkis (estos últimos, en ocasiones, pueden ser muy agresivos), otakus (seguidores del manga), rockers, mods, raperos, hippies...

El fútbol, su punto de encuentro

Es fácil encontrar a miembros de muchos tribus urbanas cada fin de semana en los campos de fútbol de la región. Los ultras del Real Madrid y del Atlético suelen identificarse con la extrema derecha, mientras que en el Rayo Vallecano se puede encontrar a muchos antisistema. Las bandas latinas, sin embargo, quedan en parques y canchas de baloncesto de la ciudad. Se las reparten por territorios y prohíben su uso a cualquier otra persona bajo coacciones y amenazas.

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