Cuidado con los zumos, abusar del azúcar procedente de la fruta produce obesidad

  • Los zumos son buenos, sobre todo los naturales, pero es mejor tomar directamente la fruta.
  • Una ingesta excesiva de fructosa, el azúcar de la fruta, puede acabar en sobrepeso y obesidad.
  • Además, los azúcares líquidos son más agresivos para nuestro organismo que los sólidos.
El zumo aporta vitaminas a los niños, pero no hay que abusar.
El zumo aporta vitaminas a los niños, pero no hay que abusar.
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El zumo aporta vitaminas a los niños, pero no hay que abusar.

Es cierto que tomar zumos siempre es mejor que tomar bebidas azucaradas de cola u otro tipo de refrescos. Pero tampoco es la mejor opción ya que las rutas son ricas en un tipo de azúcar llamado fructosa.

Lo ideal es tomar la fruta entera y beber agua. Al hacer un zumo de tres naranjas estamos tomando el azúcar que contienen esas tres naranjas sin beneficiarnos de su fibra y teniendo menor sensación de saciedad. Por supuesto, los zumos naturales siempre son mejor opción que los zumos procesados.

Un estudio preclínico realizado por especialistas del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn) ha vuelto a confirmar esta teoría.

La investigación reveló que la ingesta de líquido azucarado en cantidades abundantes durante un período de tiempo prolongado desarrolla una resistencia del organismo a la leptina, hormona que regula el nivel de lípidos en sangre.

En niños y adolescentes resulta preocupante esta alteración metabólica que, además, es más acusada cuando se utiliza para azucarar líquidos que sólidos, según revelan las investigaciones del CIBERobn.

La fructosa uno de los edulcorantes más utilizados en refrescos, es el azúcar de la fruta, un monosacárido cuyo consumo dietético ha estado ligado siempre a efectos beneficiosos porque su ingesta no aumentaba la producción de insulina, al contrario que la glucosa y otros carbohidratos. Por eso se ha usado con frecuencia como edulcorante para diabéticos.

Sin embargo, los estudios científicos realizados por el CIBERobn han desmontado esta teoría al observar que la fructosa añadida a alimentos procesados (en forma de sucrosa y jarabe) puede producir sobrepeso, puesto que es capaz de deteriorar el sistema de compensación energética del organismo, dificultando la asimilación de calorías.

Los alimentos contienen dos variedades de azúcares, los monosacáridos (unidades básicas de azúcar como la fructosa y la glucosa) y los disacáridos (unión de dos monosacáridos, como la sucrosa, también conocida como azúcar blanco, el extraído de la caña de azúcar).

A juicio de los científicos del CIBERobn, "pese a que ambos proporcionan la misma cantidad de calorías, el cuerpo las metaboliza de distinta manera, tendiendo, en el caso de la fructosa, a elevar los niveles de triglicéridos sanguíneos, un exceso de energía que el metabolismo es incapaz de quemar cuando se consume en grandes dosis", señala el doctor Martínez Olmos.

Según los resultados de las investigaciones del CIBERobn, la fructosa provocaría una alteración metabólica mayor cuando se utiliza en su versión líquida (como edulcorante presente en refrescos y zumos envasados) que en la sólida (productos de repostería, jarabe de maíz y fruta).

La fructosa que aparece concentrada en 2 litros de bebida refrescante azucarada equivaldría a la que contienen 20 litros de zumo de fruta natural, una cantidad, la de los refrescos, que "no resulta tan descabellada de ingerir al día, cuando se trata de un alimento prácticamente imprescindible en la dieta de la sociedad actual", tal y como apunta Miguel Ángel Martínez.

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