La Villa del Libro cumple tres años con cerca de 200.000 visitantes y un balance "muy positivo" de Diputación y libreros

Tanto la Diputación de Valladolid como los propietarios de las 11 librerías existentes en la Villa del Libro de Urueña hicieron un balance "muy positivo" de los tres años de funcionamiento de esta iniciativa cultural que se puso en marcha el 15 de marzo de 2007 y que desde entonces, con datos hasta diciembre de 2009, recibió 198.879 visitantes.

Desde su arranque, muchas son las actividades relacionadas con la literatura que se han desarrollado en la Villa, y en este sentido "se han dado pasos muy importantes", según señaló el diputado de Cultura y Turismo, Alejandro García, quien señaló que se trata de "un proyecto muy bonito y ambicioso en el que deberían implicarse más las instituciones".

El diputado recordó en este sentido las iniciativas llevadas a cabo por el centro e-LEA, que es "el motor, el centro cultural y didáctico", pero señaló que dichas actividades no podrían desarrollarse sin las 11 librerías con las que cuenta el pueblo de Urueña.

Para Alejandro García, una de las claves del éxito del proyecto ha sido "el boca a boca", y consideró que es una iniciativa "con mucho atractivo y acierto a la hora de promocionar el mundo del libro" que funciona todo el año pero que en cuanto llega el buen tiempo incrementa de forma importante el número de turistas.

Además, el diputado mencionó también los beneficios económicos que supone este proyecto cultural para Urueña, "una localidad que contaba con dos bares y que ahora está rodeada de restaurantes y de casas rurales", señaló.

"La iniciativa privada tiene mucho que decir", apuntó García en este sentido, y destacó además que desde que arrancó la Villa del Libro se han generado en la zona "puestos de trabajo indirectos" que pueden ir en aumento. "Quién dice que Urueña no pueda tener un hotel el día de mañana", añadió el diputado.

El primer librero de la villa

Pero si hay algún empleo que empieza a ser habitual en Urueña ese es el de librero; 11 son las librerías que hay actualmente en el municipio, además de la institucional de la Diputación, y 11 son los propietarios de estos establecimientos, desde Jesús Alcaraván, el primero que se instaló en la localidad, mucho antes de que se iniciara el proyecto de la Villa del Libro, hasta el último en llegar, Rafael Torres.

Jesús Martínez, más conocido por sus vecinos como Jesús Alcaraván por el nombre de su librería, instaló su tienda hace ya 18 años en Urueña, del que logró que fuera el pueblo más pequeño con librería de toda España. "Era un caso raro", aseguró.

Al principio, según relató el librero, "fue duro" promocionarse y darse a conocer, aunque logró fijar una clientela y la creación de la Villa del Libro supuso "un empujón", ya que el número de visitantes y, por tanto, de clientes, aumentó "entre cuatro y cinco veces".

La principal diferencia es que "antes el 90 por ciento de la gente que entraba lo hacía para comprar, y ahora el 50 por ciento se va con las manos vacías", destacó Jesús Martínez, pero insistió en que se siente "contento" con la Villa del Libro, porque aunque al principio miraba al resto de librerías como "competencia", pronto se dio cuenta de que sigue manteniendo "al cliente de siempre, que es la base, y además a todos los visitantes que llegan a la Villa".

La clave es, según este librero, "estar especializado en un tema", que en su caso es la tradición de Castilla y León, y contar con "libros curiosos, que llamen la atención".

El último en llegar

Lo mismo piensa Rafael Torres, quien junto a su mujer, Mercedes Gutiérrez, y bajo el alias de 'Los navegantes del palomar', montaron hace un año en Urueña un establecimiento llamado El rincón escrito en el que se sienten "muy satisfechos" porque "la opción de ser librero en Urueña es una opción de vida".

"Se actúa de librero a la antigua porque los clientes no buscan lo que pueden encontrar en cualquier librería", explicó Torres, quien añadió que a su local llega gente "con peticiones muy variadas y en muchas ocasiones muy inesperadas".

Estas actuaciones "dan argumentos para un cuento", según explicó el librero, quien incidió en que este trabajo "está lleno de anécdotas y despierta una infinita curiosidad por todo lo que la gente te pide", desde libros olvidados hasta obras de autores "desconocidos o pertenecientes a la bohemia".

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