Mamen Mendizábal compaginará a partir del próximo lunes su trabajo al frente de los informativos de La Sexta con un nuevo programa diario en la misma cadena, Debate: Al límite. En él, la periodista contará con cuatro analistas "de primer nivel" y un tiempo limitado para dar la vuelta a la actualidad, su gran pasión.

Ya trabajó en otros espacios de debate. ¿Los echaba de menos?

En realidad, nunca los he abandonado del todo. Después de 59 segundos,  conduje Sexto Sentido y he participado en otros debates de forma puntual. Sin embargo, sí echaba en falta hacerlo regularmente. Es un formato divertido y espontáneo, nunca se sabe qué va a salir de él. Puede llegar a sorprenderte y sacarte de tus casillas.

¿Qué tendrá 'Debate: Al límite' de especial?

Va ser un programa súper intenso, ya que no dura más de media hora. Cada analista tendrá únicamente cuatro minutos para su intervención, por lo que si, por ejemplo, empezamos con el tema de Jaume Matas, y un tertuliano emplea ese tiempo en opinar sobre este caso, no podrá volver a participar. Esto va a provocar situaciones complicadas e intervenciones muy ágiles. Se establecerá un juego con el espectador, que podrá observar cómo se van quedando sin tiempo los analistas.

¿La veremos de nuevo lanzar caras de asesina a los invitados que se excedan en su discurso?

Me temo que sí, les va a tocar mi lado más duro (risas). Pero el debate tiene una parte muy divertida. Esta vez intentaré guardarme los nervios y esa mano dura que tengo.

¿Cómo lleva el pluriempleo?

Fatal. Compaginaré este trabajo con mi puesto en los informativos. Sé que mi día comenzará y acabará en  La Sexta de aquí al verano. El periodismo es así.

¿Mira con nostalgia su etapa como reportera de calle?

No, ya hice mucha calle y es durísima. Pero si echo en falta un periodismo más tranquilo que permita elaborar reportajes largos y en profundidad. Es lo único que miro con envidia.

Prometió que su informativo en La Sexta sería diferente, sin amarillismo. ¿Cree que lo ha conseguido?

Yo creo que sí, no hemos hecho un programa de sucesos ni sensacionalista. Hemos creado nuestro propio estilo. Nuestra marca siempre ha sido el reportaje de actualidad y contar las noticias desde ese ángulo. Estoy satisfecha  y vamos acaparando una parte de la audiencia.

Y esa audiencia ¿la atormenta?

No, ya no. Al principio... sí. Cuando llegué a La Sexta era la primera vez que hacía un programa diario. Pronto me di cuenta de que vivir el día a día pendiente del share acaba minándote y puede hacer que te olvides de los contenidos o que los condicione. Los índices de audiencia siempre condicionan algo, pero hay que tener la disciplina de no dejar llevarse por ellos y ajustarlo a los valores periodísticos.

¿Qué tiene La Sexta que no tengan otras cadenas?

Hace cuatro años era una cadena nueva, estaba arrancando y todo estaba por hacer. Hoy no es como otras que ya cuentan con una parrilla súper cerrada y en las que cuesta arrancar cualquier formato nuevo. Ahora estamos introduciendo novedades: un espacio de deportes, este debate... no se cierra el camino, está en pleno crecimiento.

¿Le molesta que la vinculen a una determinada ideología política por trabajar donde trabaja?

Ni me molesta ni me deja de molestar. Los periodistas hacemos nuestro trabajo, luchar contra la línea editorial de tu cadena es absurdo. De cualquier forma, soy progresista y me siento cómoda aquí, si tuviera que estar peleando con la línea del medio sufriría una esquizofrenia terrible. Yo la acato y, a la vez, trato de conservar mis valores como profesional.

No tiene blog, ni participa demasiado en redes sociales...

Es por falta de tiempo. Sí que estoy en Facebook, pero porque La Sexta se encarga de ello. Además, he experimentado algún que otro problema con las redes sociales: en una de ellas me suplantaron la personalidad. Si sales en la tele es complicado participar en estos medios, tienes que tenerlos muy controlados. Eso sí, soy adicta a Internet y la utilizo a diario para mi trabajo.

Y al llegar a casa...

Soy fiel a Buenafuente. Su programa me gusta y me relaja, me ayuda a irme a la cama. En casa estoy muy pocas horas. Por la mañana, además, veo Los desayunos de TVE de Ana Pastor.