Ernesto Alterio: "En España se ha hecho mucho cine innecesario"

  • Protagoniza 'Las viudas de los jueves', que se estrena el viernes.
  • La película retrata a la clase alta argentina en los días del 'corralito'.
  • Espera que la crisis económica pueda regenerar al cine español.
El actor argentino Ernesto Alterio.
El actor argentino Ernesto Alterio.
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El actor argentino Ernesto Alterio.

Parece tan despistado y soñador como muchos de los personajes que le hemos visto interpretar en el cine, y los que le conocen aseguran que es así. En Las viudas de los jueves presta su cuerpo y su voz a un triunfador venido a menos, criticado por su esposa e ignorado por su hija.

¿Qué pensó al leer el guión?

Es mi tercera película con Marcelo Piñeyro y, en cuanto me propuso hacerla, supe que quería estar. Pensaba que la película tenía mucha razón de ser hoy, que tenía una historia que merecía ser contada.

¿Qué sabía de los countries y de la alta sociedad porteña?

Me atrajo mucho representar a alguien muy concreto, un tipo de personaje que se dio mucho en Argentina en un momento determinado. No me quedaba muy cercano, por lo que tuve que documentarme, entrevistarme con gente, para ver cómo era vivir en un lugar así. Con uno de los tipos con los que comí empezó a despotricar contra la novela en la que se basa en el libro, y entonces lo tuve claro: era exactamente como les reflejaba el libro.

¿Cómo es su personaje?

Vive un momento complicado. Siempre ha estado dirigido por su mujer para tener una casa enorme, un buen trabajo, aparentar cosas determinadas y, de pronto, todo eso se le viene abajo. Tuvo la sensibilidad suficiente para ver que ese paraíso era artificial, pero fue incapaz de enfrentarse a ello y ahora tampoco puede actuar frente a su situación.

¿Qué aspecto del personaje trabajó más?

Sobre todo, los hechos anteriores a la película que tuviesen relación con su familia. Cómo eran esos sueños, esas posibilidades que se vinieron abajo. Todo lo que se deteriora durante la película, hasta llegar a la crisis final. También trabajé mucho la imposibilidad de hablar, colocarme en un lugar de impotencia. Insoportable.

¿Cómo vivió la crisis argentina de 2001?

Casi como algo de ciencia ficción: ver caerse todo un país, un sistema... La clase media salió a la calle, cayeron tres presidentes... Pero Argentina es un país con mucho aguante, ha sido muy golpeada y ha logrado sobreponerse. Esos días también propiciaron cierta esperanza, un sentimiento de que muchas cosas que no funcionaban podrían arreglarse. Aunque, a la postre, creo que el regusto es de cierta decepción.

¿Cuál es la situación del país ocho años después?

Hay cosas maravillosas y otras que no cambiarán nunca, porque la idiosincrasia argentina es muy compleja e interesante. Es un país inmenso, lleno de posibilidades, pero ha imperado muchas veces la política del "todo vale", que podía pisarse al otro para conseguir lo que uno quería.

La película, aunque ambientada en un momento concreto de un determinado país, ¿es universal?

Me gusta que transcurra en unos días muy determinados, los de diciembre de 2001, porque aunque sea algo muy local y concreto creo que trasciende. Tiene un trasfondo sobre la condición humana y habla de temas muy pesados que nos atañen a todos.

¿Gustará en España?

Creo que la gente la entenderá, que le afectarán las cosas que cuenta. En este país vivimos un momento no tan lejano, tras la explosión de la burbuja inmobiliaria y los problemas del capitalismo.

¿Qué es para usted una crisis?

Una oportunidad de cambiar las cosas. De pensar qué estamos haciendo aquí. Mucha gente va por un camino que se agota, o lo ha exprimido tanto que ha terminado agotándose. ¿Y ahora qué hacemos?, nos preguntamos. Debemos mirarnos a la cara y buscar una solución.

¿Puede ayudar a conseguirlo el cine?

Algunas películas sí tienen esa cualidad, y me gustan, porque me hacen pensar. Creo que esta película también consigue proponerte un viaje hacia tu interior, y que la gente se va a sentir identificada.

¿Es algo más frecuente en el cine argentino?

No lo creo, lo que pasa es que las que llegan a España son las películas mejores. Se hace de todo, pero sí hay una diferencia respecto a España: al ser más complicado conseguir financiación, creo que los que hacen cine allí se comprometen todavía más, y eso se nota en el producto final.

¿Cómo está el cine español?

Mal. Se nota mucho la crisis. Los bancos dan menos créditos, cuesta más conseguir el dinero. Es un momento muy difícil.

Quizá, como usted dice, sea una buena oportunidad para mejorar cosas...

Así quiero verlo. Lo que ha pasado con el ladrillo también ocurrió con el cine: se hicieron muchas películas porque sí, y espero que todo esto sirva para que se hagan más producciones con una razón de ser. Quizá sea, en efecto, la forma de sanear la industria.

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