Cecilia Toribio, una mujer de 47 años y madre de tres hijos, es una de las afectadas. «Firmamos el contrato con Gas Aragón el 7 de marzo y, a día de hoy, todavía no nos lo han dado. Es una vergüenza», explica.

 

Ella, al igual que otras 50 personas, desconocen las causas del retraso. Sobre todo cuando la empresa les aseguró que, como tarde, para finales del verano la instalación de gas, cuya obra fue realizada por Calefacciones Mim, estaría en funcionamiento.

 

Los vecinos de esta comunidad quieren explicaciones, pero nadie se las da. Gas Natural aseguró ayer a 20 minutos que no ha podido distribuir el gas al edificio porque para ello era necesaria una licencia que, hasta el pasado 10 de noviembre, Urbanismo no le  había otorgado.

 

Sin embargo, en la concejalía del Ayuntamiento de Zaragoza explican que la tramitación del permiso se ha llevado a cabo en el tiempo estimado (tres meses). De hecho, afirman que en sus expedientes consta que la solicitud se hizo el 5 de agosto y se otorgó el 20 de octubre. Fecha que varía en 21 días a la que establece Gas Aragón.

 

Pero, para los vecinos del Rabal, el problema es de la compañía por tardar tanto tiempo en conseguir el pertinente permiso de obras.
Según confirmó ayer la propia empresa, a finales de la próxima semana la comunidad dispondrá del gas.

 

Mientras tanto, Cecilia y sus vecinos continúan calentando sus casas y el agua con estufas y termos.