La sección tercera de la Audiencia Provincial de Alicante ha condenado a un total de 11 años de prisión a un joven de 23 años que apuñaló a un hombre que iba a recoger su coche en las inmediaciones del Castillo de Santa Bárbara de Alicante, la madrugada del 1 de noviembre de 2008, después de que, junto a otro joven y dos menores, le pidieran un euro.

La sentencia condena a Boris Isaac V.V. a ocho años de prisión por un delito de homicidio en grado de tentativa, a tres años de cárcel por otro de robo con violencia y uso de armas, también en grado de tentativa, y a pagar una indemnización de 8.000 euros a la víctima. Asimismo, condena a Carlos A.D. a dos años de prisión por un delito de robo con violencia intentado.

Los hechos sucedieron cerca de las 4.30 horas de la madrugada del 1 de noviembre de 2008 en Alicante, cuando el perjudicado se disponía a coger su coche que se encontraba aparcado en los alrededores del Castillo de Santa Bárbara. En ese momento, los dos procesados, junto a dos menores de edad, pidieron un euro a la víctima y se abalanzaron sobre él para darle golpes, patadas y puñetazos con el propósito de quitarle la cartera.

En ese momento, uno de los procesador, Boris Isaac V.V., con ánimo de provocar la muerte de la víctima, le clavó en el costado derecho una navaja que le perforó el pulmón y de la que tardó 110 días en curar. Tras recibir el navajazo, el perjudicado logró zafarse y salir corriendo, sin embargo, fue perseguido por los acusados, que aprovecharon que cayó por unas escaleras para seguir dándole golpes. Finalmente el perjudicado logró escapar sin que le arrebataran la cartera.

El tribunal considera acreditado que el autor de la puñalada fue Boris Isaac V.V., a pesar de que durante la vista, tanto él como Carlos A.D., se echaran la culpa el uno al otro respecto a la autoría. Así, la sala estima que fue Boris Isaac V.V. el autor del delito de homicidio en grado de tentativa, en base a la declaración de la propia víctima y de varios testigos de la agresión.

Respecto al agravante de abuso de superioridad que concurre en los delitos imputados a los procesados, la Audiencia entiende que se produce debido a la "superioridad personal de los agresores, que eran cuatro jóvenes, que actuaron de madrugada, en un lugar escasamente transitado, y con conciencia de la situación de desequilibrio de fuerzas".