Javier Pérez de Albéniz (Madrid, 1960) dice ser “una cosa absurda, entre normal y corriente”, aunque lo cierto es que encarna a un periodista con un largo recorrido por algunos de los medios más influyentes, como El País, El Mundo, RNE o Soitu.es. Lo asaltamos en un pasillo del tren con destino a Madrid, adonde vuelve de Huesca tras ser galardonado con el premio ‘Blasillo’ en el XI Congreso de Periodismo Digital por su blog El Descodificador. Asegura que ve la tele “lo menos posible”.

¿Cómo te ha sentado el premio?

Bien. Significa que alguien ve mi trabajo, que alguien lo conoce, y eso siempre está bien. Estoy contento.

Se lo has dedicado a Miguel Delibes, hoy no podía ser de otra forma…

Miguel Delibes me ha gustado siempre muchísimo, por como escribía y por los temas sobre los que escribía. Siempre me ha parecido un escritor muy humilde y una persona muy cabal. Me caía muy bien. Así como otros escritores son muy antiguos, Delibes era un fenómeno como escritor y un fenómeno como persona.

Dice el jurado que haces “crítica de televisión brillante, inteligente, con humor y sin pelos en la lengua”. ¿Cuánto tiempo le dedicas?

Lo menos posible, pero suele ser bastante. Hay que buscar un tema, trabajarlo y cuando está escrito, a veces pasa algo y hay que cambiarlo porque se ha quedado viejo… Hay días que son muy fáciles, muy agradables, y otros que son más complicados, pero procuro dedicarle el menor tiempo posible.

¿Cómo eliges los temas?

Hay dos principales formas de trabajar el blog. Primero busco los programas estreno de la semana, que son los que a la gente le interesa conocer, y los pongo en la agenda. El resto, pues un poco a salto de mata, en función de la noticia que hay en televisión, el programa en el que encuentras algo…

Dices en tu blog que tienes “una tele vieja que se ve como el culo”. ¿No será que eso distorsiona tu realidad y que la tele no es tan mala?

No es una tele vieja en realidad. Vivo en un pueblo y la conexión es muy mala, pero ahora ya tengo una tele un poco mejor. Tampoco hace falta ninguna tele vieja para que la tele sea una castaña, porque los contenidos de la televisión son una auténtica porquería, sobre todo porque son muy poco imaginativos. La televisión son cuatro programas que funcionan desde hace 10 años: los cambian, les hacen algunos retoques, pero los que hacen televisión tienen muy poca imaginación. Además, la mayoría son adaptaciones de programas extranjeros. La televisión es muy pobre.

Tampoco se arriesgan mucho…

No hay riesgo, pero porque carecen de ideas. Si se hace un Gran Hermano y la gran sorpresa para este año es hacer un Gran Hermano con ganadores de ediciones anteriores de Gran Hermano, es que intelectualmente estás acabado. Y eso pasa con otros muchos formatos que varían un poco esos programas, como los de sobremesa: esas Tómbolas, La Noria... Es todo igual, no hay nada nuevo.

¿Morirá la televisión?

No, la tele no va a morir. ¡Tiene una salud estupenda! El otro día leí que el pasado enero, fue el mes que más se ha visto la televisión por habitante en España, más de cuatro horas al día. Teniendo en cuenta que hay gente que no ve la tele nada, habrá gente que ve la tele seis un ocho horas diarias. Así que la tele tiene una salud estupenda y eso les viene muy bien a las televisiones que están ganando muchísimo dinero, pese a la crisis y pese al mal momento de la publicidad. La televisión tiene una vida muy larga todavía.

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