Curbelo explicó que en 2009 fueron muchos los agricultores que trasladaron al Cabildo su preocupación por los daños ocasionados por la mosca blanca, que ataca sobre todo a los cítricos —naranjos y mandarinos—, frutales con hueso, como melocotoneros o duraznos, y mangos, guayabos, nísperos o higueras, entre otros, pues puede afectar a casi todas las especies frutales.

Añadió que, en consecuencia, el consejero de Agricultura, Emiliano Coello, y los técnicos insulares contactaron con la Comunidad Autónoma y han reunido 10.000 mosqueros, que se empiezan a distribuir esta misma semana entre los productores de todos los municipios. "La efectividad de la iniciativa depende del número de agricultores que participe, de ahí que Agricultura confíe en la máxima colaboración", señaló antes de apuntar que los interesados pueden presentar sus solicitudes en las agencias de extensión agraria de San Sebastián y Vallehermoso.

Desde el área insular de Agricultura se hace hincapié en que para un control efectivo de la plaga es necesario colocar los mosqueros, con un control cultural y aplicaciones químicas, tres o cuatro semanas antes de que el fruto cambie de color y aún estando verde. Se insiste, además, en que la colocación de estos mosqueros disminuirá la población de moscas de la fruta y, en consecuencia, la aplicación de productos fitosanitarios.

Se apunta también que en la zona baja de la isla el insecto aparece generalmente en el mes de abril. "Es por ello que debemos actuar desde ya mismo, y pese a que la presencia de esta plaga se retrase hasta julio y agosto en las zonas media y alta, respectivamente", indican los técnicos, que también facilitarán a los agricultores los consejos necesarios para la correcta colocación de los mosqueros.

"La mosca de la fruta es un insecto menor que la mosca doméstica y de vivos colores, que se caracteriza por su gran poder de reproducción, por lo que para hacer un control efectivo hay que controlar la plaga desde sus inicios en primavera", insistió.

Curbelo recordó la apuesta del Cabildo de La Gomera por el sector primario y la posibilidad de aumentar la producción local para avanzar en el autoabastecimiento y reducir la dependencia del exterior, con lo que, señala, que se contribuye a la mejora de la economía local y a generación de puestos de trabajo, que tan necesarios son en los actuales tiempos de crisis.