"Me gusta que me abran la puerta, que me echen algún piropo, en fin, la caballerosidad no tiene nada que ver con el machismo". Las palabras de la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, este lunes en una entrevista a 20minutos.es, abrieron un debate en el que caben partidarios de costumbres de "toda la vida" y los que opinan que bordean el machismo.
Más del 50% de los lectores que participaron ayer en la encuesta lanzada por 20minutos.es veían el gesto de abrir una puerta como una cuestión de educación, pero hay opiniones para todos los gustos sobre las palabras de Aído. "El piropo es sexista. Una cosa es la educación y la cortesía (abrir una puerta a una mujer) y otra distinta, algo que chirría al oído", asegura Yolanda Besteiro, presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas (FMP).
Otros expertos hablan de tipos de cumplidos. "Un halago refuerza, pero algo soez está fuera de tono", explica la psicóloga María Jesús Álvarez, que apunta que "el debate es estéril; lo ideal es buscar el equilibrio entre hombres y mujeres".
Intromisiones
Si abrir una puerta a una mujer o dejarla pasar levanta las sospechas, el "pase señorita" irrita a la FMP: "Es una intromisión en la vida de alguien, es especular con su estado civil. Nadie habla de señoritos, y si lo hacen es con otra connotación".
Por su parte, en el Colegio de Sociólogos de Madrid dan las claves para poner límites al piropo. "En grupos de amistades o familiares se producen con naturalidad. Pero si es en la calle, en el espacio público, demuestra el deseo de apropiarse de un cuerpo ajeno", apunta Esther Castellanos, de la Comisión de Igualdad del organismo.
Castellanos tiene claro que hay peores micromachismos, como el de que en un restaurante la cuenta se entregue al hombre, o que sólo en baños de señoras se puedan cambiar pañales.
"No es un día para ofrendas"
El Día Internacional de la Mujer llenó ayer las ciudades españolas de actos y concentraciones en favor de la igualdad. El Parlamento Europeo, en boca de su presidente, Jerzy Buzek, aprovechó la fecha para recordar que el 8 de marzo "no es un día para ofrendas florales. Tenemos que conseguir la igualdad de derechos y oportunidades". Sus palabras llegaron el mismo día en que una accidentada sesión en el Parlamento indio obligó a suspender cuatro veces la aprobación de una ley que reserva el 33% de los escaños a mujeres.
Costumbres de toda la vida en la calle
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