Bienestar Social colabora con Bona Gent para mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual

La consellera de Bienestar Social, Angélica Such, destacó hoy que su departamento, durante 2009, ha destinado más de 245.000 euros a la asociación valenciana Bona Gent para contribuir a mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual y enfermedad mental, según informó en un comunicado la Generalitat.

Such indicó que con esta ayuda, la administración autonómica "contribuye a la financiación de esta asociación para el desarrollo de programas de convivencia, ocio y tiempo libre, cooperación social, inserción socio-laboral y respiro familiar", así como "al mantenimiento de sus dos viviendas tuteladas".

La responsable autonómica realizó estas declaraciones tras la visita que hoy hizo a la sede de Bona Gent, Amigos del Deficiente Mental, durante la que llevó a cabo un recorrido por las aulas e instalaciones del área de Formación e Inserción Laboral y el área de Bienestar Personal y Social.

Destacó, tras su visita, "la importancia del trabajo realizado por los profesionales de esta entidad, así como por los 177 voluntarios que colaboran con ella para ayudar a que las personas con discapacidad intelectual y enfermedad mental puedan ser autónomos y consigan la plena integración sociolaboral".

Bona Gent atiende a personas jóvenes y adultas, con discapacidad intelectual en áreas fundamentales en la vida de una persona como son el ocio y tiempo libre, formación e inserción laboral, educación permanente y vivienda, señaló la Generalitat. Además, también ofrece servicios destinados a sus familias, entre los que se incluye una escuela de padres, estancias de respiro, ayuda a domicilio y servicio de orientación.

Durante 2009, la asociación Bona Gent ofreció, a través de sus actividades, más de 1.700 plazas para personas con discapacidad y sus familias y logró la inserción laboral de 27 personas con discapacidad, precisó la administración valenciana.

Tras la visita, la consellera mantuvo un encuentro con el presidente de Bona Gent, Vicente Vergara, y la directora del centro, Lourdes Vañó, en la que abordaron los nuevos proyectos de colaboración para el desarrollo de actividades de formación e inserción laboral y de ocio y tiempo libre.

Por otro lado, la titular de Bienestar Social también visitó hoy el establecimiento penitenciario de Picassent (Valencia), donde aseguró que la información es "un recurso clave" para ayudar a la integración social de los jóvenes reclusos.

Such realizó un recorrido por los módulos en los que trabajan jóvenes reclusos y conoció la actividad de los informadores juveniles en el Centro de Información Juvenil del Instituto Valenciano de la Juventud, (IVAJ) que gestiona Iniciatives Solidaries.

Durante el trayecto, la consellera estuvo acompañada por el director del IVAJ, Adrián Ballester; el director del establecimiento penitenciario de Valencia, Ramón Cánovas, y la responsable de la Asociación 'Iniciatives Solidaries, Amaia Prieto.

El Centro de Información Juvenil, subvencionado por el IVAJ, con una cantidad de 18.000 euros, es un espacio de referencia en el centro penitenciario desde 1996, a la hora de dar respuestas a los intereses más inmediatos de la población reclusa y para crear en ellos nuevas inquietudes culturales, sociales y educativas, indicó la Generalitat. Aproximadamente, el 31 por ciento de los reclusos son jóvenes menores de 30 años.

"necesidades juveniles"

Angélica Such destacó que "el hecho de que los jóvenes que informan en el Centro de Información Juvenil sean reclusos, favorece la interacción y el apoyo, ya que conocen bien las principales necesidades juveniles".

A lo largo de 2009, el Centro de Información Juvenil atendió a 272 personas, de las que 34 eran mujeres, la gran mayoría menores de 35 años. Entre este colectivo destacó el rango de edad que comprende entre los 25 y los 35 años. En el caso de mayores de 35 años, se atendió a 106 personas.

Además, 64 reclusos fueron atendidos a través de las cinco acciones formativas del Programa de Orientación y Formación Laboral para personas que están propuestas en tercer grado penitenciario o que tienen prevista su puesta en libertad en seis meses. La mayor parte de las personas que han realizado estas acciones formativas eran menores de 35 años y, prácticamente, una de cada cuatro, era mujer.

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